La Macrobiótica no es exclusivamente una dieta, un régimen, engloba un estilo de vida que tiene como objetivo último ayudar a desarrollar nuestro potencial humano, respetando las leyes de la naturaleza desde un punto de vista biológico (a través de la alimentación), ecológico (haciendo elecciones diarias que contribuyen a una mejor calidad del medioambiente), social y espiritual (trantando a los otros con amor y compasión y asumiendo nuestra responsabilidad como un pequeño eslabón de una vasta cadena de seres y fenómenos).
El origen de la palabra es griego "macro" - grande, y "bio" -vida, que no sólo significa "vida larga", sino también la capacidad de vivir nuestra vida de una forma plena, grande. En ese nivel, la alimentación es importante, esencial, porque nos da la base biológica, la salud para vivir la vida en todo su esplendor y la sensibilidad para respetar el medio que nos rodea. Somos literalmente lo que comemos, los alimentos crean nuestra sangre que nutre las células, los órganos y el cerebro. Sin alimentos la vida no es posible.
La alimentación tiene una influencia poderosa en nuestro bienestar físico, mental y espiritual. Para la mayoría de nosotros intentar descubrir que significa alimentarnos de una forma saludable puede ser bastante confuso. La macrobiótica puede ser aquí una valiosa ayuda.
La cocina macrobiótica es una cocina energética y equilibrada (que considera las cualidades energéticas de los alimentos para crear equilibrio). Los cereales integrales son el alimento principal, junto con una gran variedad de vegetales, legumbres, algas, semillas, frutas y frutos secos y una pequeña cantidad de alimentos de origen animal. Idealmente los alimentos son de origen ecológico, frescos y del mismo área geográfica.
El arte único de la culinaria macrobiótica crea platos deliciosos, adaptados a las necesidades individuales, considerando factores como el clima, la actividad física, los antecedentes biológicos entre otros.
La filosofía y el estilo de vida macrobióticos ofrecen un abordage único de transformación personal. La práctica macrobiótica puede mejorar nuestra energía, vitalidad y flexibilidad así como nuestra creatividad y bienestar mental. También se agudizan nuestras capacidades intuitivas, instintivas e intelectuales y se amplían nuestros niveles más elevados de crecimiento espiritual.
(Fuente: traducción del artículo "Macrobiótica" de Francisco Varatojo.)
El origen de la palabra es griego "macro" - grande, y "bio" -vida, que no sólo significa "vida larga", sino también la capacidad de vivir nuestra vida de una forma plena, grande. En ese nivel, la alimentación es importante, esencial, porque nos da la base biológica, la salud para vivir la vida en todo su esplendor y la sensibilidad para respetar el medio que nos rodea. Somos literalmente lo que comemos, los alimentos crean nuestra sangre que nutre las células, los órganos y el cerebro. Sin alimentos la vida no es posible.
La alimentación tiene una influencia poderosa en nuestro bienestar físico, mental y espiritual. Para la mayoría de nosotros intentar descubrir que significa alimentarnos de una forma saludable puede ser bastante confuso. La macrobiótica puede ser aquí una valiosa ayuda.
La cocina macrobiótica es una cocina energética y equilibrada (que considera las cualidades energéticas de los alimentos para crear equilibrio). Los cereales integrales son el alimento principal, junto con una gran variedad de vegetales, legumbres, algas, semillas, frutas y frutos secos y una pequeña cantidad de alimentos de origen animal. Idealmente los alimentos son de origen ecológico, frescos y del mismo área geográfica.
El arte único de la culinaria macrobiótica crea platos deliciosos, adaptados a las necesidades individuales, considerando factores como el clima, la actividad física, los antecedentes biológicos entre otros.
La filosofía y el estilo de vida macrobióticos ofrecen un abordage único de transformación personal. La práctica macrobiótica puede mejorar nuestra energía, vitalidad y flexibilidad así como nuestra creatividad y bienestar mental. También se agudizan nuestras capacidades intuitivas, instintivas e intelectuales y se amplían nuestros niveles más elevados de crecimiento espiritual.
(Fuente: traducción del artículo "Macrobiótica" de Francisco Varatojo.)