de
MACROBIÓTICA MEDITERRÁNEA
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Testimonio de José Luis Alcázar Crouse (febrero de 2010)
Como éramos jóvenes y teníamos una naturaleza más fuerte que la mayoría de los jóvenes de ahora nos curamos y limpiamos en pocos meses de todo tipo de depósitos tóxicos, tanto físicos, en forma de mocos, quistes de ovario, pequeños cálculos renales y poco más, como de tóxicos mentales, como la infinidad de formas de engaños con los que vivimos sin enterarnos que hacen que experimentemos todo tipo de dolores y sufrimientos, tanto individual como social y del medio ambiente.
Tuve 5 hijos de modo natural con mi pareja y nunca necesitamos usar medicamentos, vacunas ni medios violentos que se derivan del miedo ligado a la ignorancia. Lo violento quizá era intentar criar a mis hijos en este entorno social y no saber lo suficiente para cambiar la circunstancia. He de reconocer que ese no saber o ignorancia por parte mia, me hacía ser algo violento o rígido en raras ocasiones, aunque me arrepentía enseguida y aprendía a tener paciencia conmigo mismo y mis limitaciones y me proponía aprender más y hacer cosas para ver cómo mejorar el entorno social en el que vivía con mi pequeña tribu de niños.
Tanto mi pareja como yo conocíamos de primera mano el mundo sanitario. Yo fui enfermero en la mili y ella todavía trabaja de enfermera en centros oficiales ¡No sé cómo lo aguanta! Es su modo de ganar dinero. Yo me he dedicado a la construcción lo más ecológica posible y, cuando puedo, a aprender, entrenarme y enseñar macrobiótica, meditación y otras actividades de desarrollo humano.
Tras trece años de saludable vida familiar macrobiótica que nos protegía del entorno contaminado que nos rodea, nos separamos. Fue una circunstancia muy difícil y desafortunada, pero interpretamos que no podíamos estar auto protegiéndonos siempre, con los niños haciendo vida social en la escuela y sintiéndose algo raros porque los otros era muchos más y lo normal era comer helados, que les pincharan medicamentos y que les gritaran o pegaran sus padres, más o menos cotidianamente. A mi me afectaba mucho ser empresario de la construcción y ver que vida llevaban los hombres y en qué se gastaban el dinero para olvidarla. Yo quería ganar dinero suficiente para tener un centro de terapias y enseñanza y el dinero de la empresa se iba a bares, restaurantes y otras cosas contrarias a mis ideas. Interpretamos que debíamos aprender algunas lecciones más para dejar de ser medias naranjas y ser naranjas enteras…. No depender tanto una parte de la otra en la pareja y reconocer que dependíamos mucho más de todos los demás que son muchos más. Proteger más la sociedad que la pareja… Cosas así, difíciles de ver y entender, a pesar de que los divorcios son algo corriente.
El fuerte instinto que desarrolla la macrobiótica de convertir las circunstancias desfavorables en positivas me llevó a estudiar y entrenarme intensivamente en métodos de meditación y adiestramiento mental, con la inestimable ayuda de un maestro espiritual, el Ven. Lama Gueshe Tamding Gyatso con el que pasé conviviendo dos años en los que me trató como un hijo, además de sus enseñanzas, trasmisiones y ejemplo de estar a su lado cotidianamente. No le importaba mucho que yo fuera algo refractario al aspecto religioso budista o tradicional y sólo me interesara aprender lo que solucionaba el dolor y el sufrimiento y fuera práctico, osas que se arraigan inamoviblemente al hacer macrobiótica en serio. He de añadir que sin los conocimientos macrobióticos y ayuda de una comida adecuada a la meditación cuesta mucho avanzar y, por el contrario, con el poder del grano y saber usar la sal, el fuego, el agua, etc., que se aprende muy bien en macrobiótica, la concentración y la realización se acelera enormemente, según la urgencia.
A los dos años de estar entrenándome pareció que ya estaba preparado para volver al mundo. Me fui a Londres con el deseo de seguir estudiando en inglés, pues hay mucho más editado en ese idioma que no domino bien. Estuve trabajando en casa de José María Cano, de grupo Mecano, cuando Penélope Cruz estaba con Nacho Cano y José María componía una ópera pop. Llegué el 24 de diciembre, Nochebuena, y cené con ellos 3 y la cocinera, que era una compañera budista con la que compartí maestro y varios meses de convivencia junto al lama. En los meses que estuve pude experimentar y observar desde muy cerca el sufrimiento de los ricos y famosos y también mi reacción tras pasar esos dos años con mi maestro. Más que estudiar en inglés, como era mi idea de partida, fue un aprendizaje práctico y directo, muy macrobiótico, vivencial. No voy a exponer conclusiones aquí.
Siguiendo ese aprendizaje muy práctico, regresé a Menorca de paso y luego a casa de mis padres, a los que no veía mucho desde hacía años. Al poco tiempo murió mi padre de un infarto y pude seguir viendo los efectos positivos del entrenamiento espiritual que recibí, en pocas semanas murió una prima cercana con la que compartí mi infancia y algunos meses después murió mi hija mayor…. En fin. Me quedó claro del todo la utilidad del entrenamiento espiritual pues no viví nada de eso con dolor ni sufrimiento y pude ayudar a superarlo a los que me rodeaban, mi madre, hermana y otros.
Cuando murió mi hija ya estaba en Huesca, adonde me fui tras equilibrarse el duelo por mi padre. Me fui a ayudar a reconstruir una antigua aldea cercana al monasterio de Panillo y estuve enseñando macrobiótica y meditación y ayudando a mucha gente que fue viniendo. Tras muchos años enseñando y tratando de ayudar a mejorar la salud y el sufrimiento de mucha gente, en esa pequeña aldea apartada y solitaria vi que tenía resultados mucho más positivos y rápidos, a pesar de no tener cerca las comodidades urbanas.. o gracias a ello. Ello impulsó la idea de hacer un pueblo macrobiótico, un sitio para vivir y trabajar en macrobiótica y temas afines (Meditación, agricultura, arte, terapias naturales, oficios, composición de textos, videos… Una gran variedad de posibilidades complementarias entre varios vecinos y socios con una vocación similar y diversas habilidades y artes).
Estuve buscando y encontré Aguinaliu como sitio idóneo. Compré algunas casas y solares y volví a crear una empresa de construcción para capitalizar el proyecto. Hace unos años me hubiera ido directamente a vivir y hacer todo con mis manos, pero apareció mi madre muy enferma, con cáncer y muchos fuertes dolores e insuficiencias que los médicos ya no le conseguían paliar con medicamentos. La estuve tratando varios meses, hasta no necesitar ningún medicamento ni tener dolores. Aunque hubiera necesitado dos años más de dieta, estudio y entrenamiento para ser una mujer saludable, se quiso volver a su casa a cuidar de su hija, mi hermana, con otros problemas complicados, y ya no pude hacer más. Luego acabaron viniendo a vivir todos aquí, pero no venían a ponerse bajo tutela y protección macrobiótica y tampoco pude evitar que mi madre acabara muriendo de cáncer. No se puede hacer a la fuerza o sin que te pidan consejo o enseñanzas, aunque sea tu familia. Esa es una de las mayores dificultades para quien necesita y desea aprender y practicar macrobiótica. Si no lo entienden ni lo aprecian o tiene mucho miedo a cambiar de hábitos, o… He aprendido a ocuparme de quienes desean aprender y desarrollarse a si mismos como si fueran mi familia y respetar los deseos y ritmos de todos, aunque ello suponga experimentar enfermedades y sea mi familia de sangre.
De lo anecdótico, tipo sanaciones macrobióticas de diversas dolencias, podría contar muchas en más de 30 años de vivencia, cáncer, sida, artrosis, alergias, asmas… Pero eso son solo síntomas que han mejorado o desaparecido. Si no he participado en que alguien cambié radicalmente su vida por haberse librado de la ignorancia de si mismo no me satisface especialmente. Me da mucha más satisfacción los que han hecho esa revolución interior que les hace sentirse agradecidos a todo, incluidos su cáncer o lo que sea, como veo en el testimonio de la autora de este blog. Estas personas no solo se sanan a si mismas si no que son una bendición para este desquiciado mundo.
Por lo menos, me queda una lección por aprender. Nunca he podido ganar dinero con la macrobiótica. Cuando monto empresas para capitalizar proyectos macrobióticos acabo cansado y la mayoría del dinero se va en la misma empresa y consumos caprichosos y secundarios. Voy para 54 años y, aunque sigo deseando que se haga y trabajar en una empresa como el proyecto de pueblo macrobiótico, no tengo el impulso, ni atrevimiento ni el deseo de hacerlo en solitario… ¿Para qué quiero un pueblo yo solo? Espero que aparezca gente más joven a la que transmitir mis conocimientos y la confianza que da la experiencia a la vez que se realizan y desarrollan desarrollando el proyecto.
Un fuerte abrazo.
/José Luis Alcázar Crouse.
CONTACTO:
Cuando el menú es equilibrado nos dejará satisfechos, ligeros, con vitalidad, haremos una buena digestión (sin gases, acidez…), y sin antojos. A la hora de diseñar un menú tendremos en cuenta los siguientes puntos:
Todo lo anterior parece complicado de manejar pero lo cierto es que si empleamos en nuestra cocina ingredientes naturales y de buena calidad y empezamos a practicar los conceptos de una alimentación equilibrada poco a poco vamos a conseguir el equilibrio sin necesidad de pensar mucho, siguiendo nuestra intuición. Con la práctica veremos que de forma instintiva y automática tenderemos a preparar menús equilibrados. Al principio requeriremos de un poco de técnica, paciencia y atención para ir cambiando nuestros esquemas mentales pero llega un momento en que vemos que las cosas salen de manera más fluida y que nuestra creatividad se activa llegando a disfrutar de esta aventura que es crear nuestra propia salud y armonía.
NOTA: Ver artículos relacionados:
Personalidad de los estilos de cocción
Elaboración del menú semanal
La pirámide macrobiótica