1. Atendiendo a las características de nuestro sistema digestivo:
- Tenemos 32 piezas dentales: 4 caninos para morder y desgarrar, 8 incisivos para cortar y trocear y 20 molares para aplastar y moler. Esto nos da una idea de que nuestra dieta debe consistir en: 5/8 cereales integrales, 2/8 hortalizas y frutas y 1/8 carnes y productos animales.
- La longitud de nuestros intestinos se aproxima más a la de los herbívoros que a la de los carnívoros. (Los alimentos de origen animal se pudren más rápidamente en los intestinos produciéndose sustancias potencialmente tóxicas a medida que van descomponiéndose.)
- Nuestra saliva es ligeramente alcalina y contiene amilasas, enzimas que ayudan a digerir los hidratos de carbono complejos presentes casi exclusivamente en el mundo vegetal. Sin embargo la saliva de los carnívoros es ligeramente ácida y no contiene amilasas.
2. Atendiendo a la proporción lógica de nutrientes:
Siguiendo la lógica marcada por la naturaleza, vamos a analizar la leche materna, que es el único alimento diseñado por ella con todos los ingredientes necesarios para el desarrollo del ser humano.
100gr de leche materna = 0’15 gr – minerales y vitaminas + 1’2 gr de proteínas + 3’7 gr de grasa + 7’1gr de carbohidratos + 87’5 ml de agua.
Las proporciones quedan más o menos como sigue, tras considerar que el bebé necesita más energía para su crecimiento y por eso su alto contenido en grasa, y agrupando las grasas y los hidratos de carbono por considerar que cumplen la misma función energética:
1: 7 minerales y vitaminas: proteínas
1:7 proteínas: carbohidratos y grasas
1:7 carbohidratos y grasas: agua
1:7 agua: oxígeno
Vitaminas: verduras, frutas, cereales integrales y legumbres.
Minerales: algas, verduras, cereales integrales y legumbres.
Proteínas: cereales + legumbres (en proporción 3:1), carnes, pescados y otros productos animales.
Grasas: semillas, cereales, legumbres, carnes, pescados y otros productos animales.
Carbohidratos: verduras, fruutas, cereales integrales, legumbres.
Los cereales integrales, las legumbres, verduras y frutas, tienen sus tres principales nutrientes en cantidades equilibradas así como cantidades apropiadas de minerales y vitaminas. (Los nutrientes “de laboratorio” nos pueden proporcionar suplementos rápidos, pero a la vez corremos el peligro de romper el equilibrio entre los nutrientes).
Cuando no hay equilibrio nuestro organismo nos avista con las APETENCIAS: por ejemplo un exceso de minerales y vitaminas querrá ser compensado con más proteínas, grasas, hidratos de carbono y agua. (Más información en: ¿Qué significan los antojos?)
3. Atendiendo a la energía de los alimentos:
En términos de salud humana necesitamos un equilibrio dinámico entre los alimentos con energía más expansiva y aquellos con energía más contractiva. Así cuando consumimos alimentos con una fuerte energía contractiva, por ejemplo la carne, el cuerpo nos pide un alimento con una fuerte energía expansiva, como el azúcar o el vino. El cuerpo puede mantener este equilibrio de forma más adecuada si los alimentos consumidos tienen energías moderadas: ligeramente expansivas o contractivas. (Más información en: ¿Qué es la alimentación energética?).
Estamos físicamente preparados para comer de todo sin repercusiones inmediatas pero nos conviene una dieta más vegetariana que carnívora, rica en hidratos de carbono complejos y muy especialmente cereales integrales y legumbres.
(Fuente: “El equilibrio a través de la alimentación” de Olga Cuevas, doctora en bioquímica, catedrática y especialista en nutrición y salud. )
2 comentarios:
Me gustaría saber como aplicar esos principios a los menús diarios y saber qué comer cada día o bien donde encontrar esa información. Gracias
Muy interesante artículo para entender los principios de la alimentación del ser humano.
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