sábado, 5 de octubre de 2013

Testimonio de Stefanie Hinselmann

Testimonio de Stefanie Hinselmann, agradecimiento.
Septiembre de 2013.

Soy Stefanie Hinselmann, nacida en Málaga de
Padre alemán y Madre holandesa. Tengo 39 años y un niño de casi 3 años.
Gracias a mi  padre sé desde siempre que existen los herbolarios. Mi padre siempre ha sido un cliente asiduo de los herbolarios. Fue él quien en un momento dado me recomendó el aceite de onagra para regular la menstruación, o la levadura de cerveza para mejorar mi piel; también me llevaba a médicos más alternativos y por eso sé desde pequeña que tengo intolerancia a la lactosa, por ejemplo.
El caso es que muchas veces en los herbolarios me llevaba cereales integrales a casa y cuando seguía las instrucciones del paquete no me salían demasiado bien.
Un día la chica de la herboristería me dió un librito con muchas recetas, y así es como empecé a practicar la Macrobiótica, pero muy poco a poco, también quizás por falta de tiempo.

Hace 1 ½ año me despidieron del trabajo, y lo primero que pensé fue hacer algo que me gustara de verdad.
Y como siempre me había interesado la Salud y la cocina Sana, pensé en la Macrobiótica.

Así que miré en Internet y encontré “La Crisálida” en Sevilla.
Después de 1 año aprendiendo Macrobiótica con Mati y Raquel, todo es positivo;

Todo lo aprendido ha superado totalmente mis expectativas.
-He aprendido a llevar una dieta equilibrada, siendo consciente de que no es lo mismo alimentarse que nutrirse.
-He aprendido que podemos y debemos comer de todo pero dándole preferencia a los cereales integrales que son los que nos van a dar Vitalidad y Energía
-He aprendido a combinar los alimentos para poder sacar el máximo beneficio de ellos. ( Cómo combinar cereales con legumbres, por ejemplo )
-He aprendido que para una buena Asimilación de los alimentos tenemos que tener una buena flora intestinal
-He aprendido lo importante que son los productos fermentados  para poder tener una buena flora intestinal.
-He aprendido lo importante que es para nuestra Salud  tener un Ph en la sangre ligeramante alcalino, y que esto lo conseguimos comiendo alimentos moderados, que son:
 Cereales integrales, proteínas vegetales, verduras, semillas, frutos secos, algas y condimentos como el miso, soja, umeboshi… o el té kukicha; y por supuesto evitando todo aquello que lo acidifica como son: los productos refinados, carne, productos lácteos  y azúcar.
-He aprendido lo bien que sienta por las mañanas una buena crema de arroz, avena, cebada…
-He aprendido que comer en Armonía con la Naturaleza significa entender las 5 Transformaciones;
 saber cuáles  son los alimentos  que debemos elegir y cómo cocinarlos,
y saber cuándo usarlos  para poder así, según la estación en la que nos encontramos, reforzar, remineralizar, calentar, depurar, o enfriar y relajar el organismo.

Como nunca he comido demasiado carne, siempre he tenido muy bajo el hierro, y desde que incluyo las algas  en mi dieta no tengo ese problema!

Y ahora entiendo lo mal que me alimentaba antes,  pensando que era una chica sana…
Comía, o mejor dicho, me alimentaba prácticamente de todos los alimentos  del extremo “Yin”, empezando por la fruta de todo tipo y a cualquier hora, abusando en muchas ocasiones de las frutas tropicales;
ensaladas crudas durante todo el año;
leche no tomaba mucho por mi intolerancia, pero yogurt casi todas las noches, me encantaba los dulces, sobre todo a las 17,00 de la tarde;
y Mieeeeeeeeel, muchííííísima miel, con todo( con yogurt, pan y encima un montón de infusiones de manzanilla, también muy yin ).
Y claro, me extrañaba de hinchazones de barriga, cansancio, en otoño siempre con algún resfriado …
y lo que siempre me decían:
 “Steffi tienes muchos pajaritos”, es decir siempre en las nubes…Normal!

En fin, Macrobiótica: Vida Plena, una forma de vida y de alimentarse con Sentido Común y mucha Lógica.

Gracias Mati y Raquel por todo lo aprendido

viernes, 4 de octubre de 2013

Testimonio de PM, mejora de la vitalidad y estado físico

Testimonio de PM, mejora de la vitalidad y estado físico.
septiembre de 2013. 

Hola a todos, soy PM, hombre, 31 años de edad, profesor universitario y no tenía experiencia previa en la cocina. Este es el testimonio demi paso por La Crisálida, y doy permiso a Mati y Raquel para proporcionar mi dirección de correo electrónico a todo aquel que quiera hacerme cualquier tipo de consulta sobre mi caso y pueda ayudarle.

Empecé el curso de cocina macrobiótica estacional en septiembre de 2012, como respuesta a una preocupación que desde hacía años me afectaba negativamente en todos los aspectos de mi vida: me encontraba con mucho sueño durante el día, con sensación de fatiga y pesadez mental.

Me sentía bastante frustrado cuando después de una noche durmiendo y un desayuno normal (café y tostadas, o tazón de cereales) me pasaba toda la mañana sin energía y sin vitalidad. Después del almuerzo, necesitaba irremediablemente una siesta puesto que la digestión me resultaba soporífera. Recuerdo dolores de cabeza, de espalda, apatía y momentos de estar tirado en el sofá como un zombie sin tener ganas de ninguna actividad.

Después del verano, me propuse hacer frente a esta preocupación y decidí firmemente buscar soluciones. Investigando por Internet, llegué a la conclusión de que un cambio en mi alimentación sería bastante lógico para mi problema y así tropecé con el blog de La Crisálida. Acudí a los pocos días a una de las conferencias de Mati; y el tiempo fue perfecto, puesto que en una semana empecé el curso del menú básico y en ese mismo mes continué con la primera clase de septiembre del curso estacional completo de diez meses.

Los comienzos fueron muy novedosos y dediqué mucho tiempo a aprender, puesto que yo nunca me había manejado en la cocina y tuve que empezar a cocinar prácticamente desde cero. Por ejemplo, tuve que comprarme por primera vez una olla a presión porque nunca había cocinado con una.

Aunque Mati siempre dice que para hacer el cambio a la cocina macrobiótica hay que incorporar los menús progresivamente, yo lo hice demanera radical. Empecé a notar que aquellas comidas me sentaban muy bien y que estaban riquísimas, así que decidí desechar radicalmente con mi despensa y seguí por decisión propia todos los menús estrictamente. Pude hacer esto dado que vivo solo y estaba deseando de recuperar mi salud lo antes posible.

Después de diez meses con la macrobiótica, los beneficios que he experimentado y observado son muchos, y no todos ellos son fácilesde explicar. Los más evidentes para mi fueron:

- Una mejora de mi vitalidad. Las digestiones ya no me restan sino que me proporcionan fuerza, vitalidad, saciedad y bienestar. Las primeras semanas ya notaba el efecto que proporciona el arroz integral. Podríamos decir que si empecé con una vitalidad del 10%, los incrementos de los siguientes meses fueron del 20%, 30%, 40%, 60%. Actualmente me siento a un 80% de mi vitalidad y estoy segurode que alcanzaré el 100% cuando continúe un año más.

- Fuera los mocos y los resfriados. A los dos meses aproximadamente de reducir (a pocas veces al mes) el consumo de lácteos y harinas, las mucosidades de nariz y laringe se fueron. Y en consecuencia, noto cómo respiro mejor. No necesito sonarme la nariz ni siquiera por la mañana. Los lácteos y el pan han estado diariamente presentes en mi dieta desde mi infancia.

Sobre los resfriados, si bien años anteriores pasaba como mínimo 4 o 5 al año, este año he tenido solamente 2 resfriados y por motivos muy obvios de imprudencia por mi parte. En general, he pasado el invierno con el sistema defensivo como mucho más preparado.

- Fuera los kilos! A los cuatro meses perdí como 2 tallas de pantalón. Y los kilos se cayeron de zonas donde siempre he tenido acumulación de grasa y nunca he perdido de allí. Llevo 5 años practicando artes marciales, combinado con alguna dieta para adelgazar, y siempre he dado por hecho que mi constitución era así. Ahora me veo mejor que nunca, en mi peso ideal, estilizado, ágil y fuerte. Y todo esto comiendo rico rico. También tengo la piel y el pelo más brillante.

- Sensación de equilibrio. Esta parte es la más difícil de explicar sin duda. No creo que sea posible comprenderla hasta que no se experimenta. A los 4 o 5 meses llegó una sensación de serenidad que la podía percibir y me cambió incluso el carácter. Duermo y descanso mejor, me siento más seguro de mí mismo, estoy de buen humor y me encuentro en equilibrio emocional, mental y físico.

Ahora suelo decir que el cuerpo tiene 5 baterías (hidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales) que tienes que recargar cada día. Cuando lo consigues, tienes toda la maquinaria puesta a punto, preparada para rendir y conseguir hacer las cosas que te propongas.
Un saludo.
PM.