domingo, 31 de agosto de 2008

¿Qué es necesario para el éxito de un tratamiento macrobiótico?

Si tienes problemas de salud y quieres recuperarla con la ayuda de un tratamiento específico de macrobiótica debes considerar, antes de comenzar, algunas cosas.

Lo primero es buscar la ayuda adecuada. Ponte en manos de un consultor bien cualificado, con experiencia y que sea una persona honesta en cuanto a sus propios límites a la hora de ayudarte. La mayoría de las personas que recurren a esta opción tienen problemas de salud graves, y en algún modo han sido "abandonados" por la medicina tradicional, que no les ofrece una solución definitiva para sus casos. Es importante que la persona te de confianza y motivación para el camino que quieres comenzar.

Queremos recalcar que un tratamiento con macrobiótica trabaja sólo y exclusivamente con la comida. Alimentos naturales: cereales integrales, verduras, frutas, legumbres, algas, proteínas vegetales y un poco de producto animal, así como preparaciones naturales y tradicionales. No se apoya en suplementos, ni vitaminas sintéticas, ni preparaciones de laboratorio, sólo utiliza la comida natural y aplica el conocimiento energético de la misma para conseguir los resultados deseados. Esta sabiduría tiene su base en la medicina tradicional china, y ha sido empleada por miles de años en Oriente.

Has de saber que estos tratamientos van enfocados a producir una mejoría global del cuerpo, no están enfocados a la desaparición rápida de los síntomas, y por eso tenemos que tener paciencia pues a veces los resultados tardan un tiempo en hacerse visibles.
En general los tratamientos con macrobiótica tienen 3 etapas:

1. Primera etapa curativa: en esta etapa la alimentación de la persona se enfoca a la limpieza profunda del cuerpo. Es necesario eliminar las toxinas del cuerpo, acumuladas principalmente en las grasas y que dificultan que se produzcan cambios de base, en la raíz del problema. Esta es la etapa más difícil para la persona pues la dieta es más restringida, más simple. Además requiere de un tiempo de adaptación a los nuevos hábitos alimenticios.

2. Segunda etapa de transición: En este punto la persona ya ha empezado a sentir una mejoría grande y la dieta se hace más amplia, más abierta.

3. Tercera etapa de mantenimiento: Cuando llegamos aquí la persona se siente recuperada, y puede seguir las recomendaciones de la abierta y deliciosa macrobiótica estándar. Es importante comer de manera saludable para no volver a caer en la enfermedad.

Para conseguir el éxito de un tratamiento macrobiótico son necesarias algunos requisitos:
  • El compromiso de la persona con su recuperación: estamos acostumbrados a que la responsabilidad sobre nuestra curación sea de otra persona, el médico. Es importantísimo que la persona se haga consciente de que gran parte de su salud y de su mejoría está en sus manos. Cuando una persona decide mejorar y se hace responsable encuentra con mayor facilidad la fuerza de voluntad para cambiar los hábitos alimenticios y seguir el tratamiento de manera rigurosa. En la medida en que sigamos bien el tratamiento vamos a ver antes los resultados y esto nos va a dar fuerza e ilusión para continuar y llegar hasta el final: ¡una salud recuperada, fuerte y vibrante!
  • El apoyo de la familia: es fundamental el apoyo de las personas que nos rodean. Cambiar hábitos, aprender a valorar los nuevos ingredientes, a degustar los nuevos platos es mucho más fácil si otros nos acompañan. Hasta que la persona aprende las nuevas bases de su alimentación y su gusto cambia es muy importante evitar las situaciones en que pueden aparecer apetencias por aquellos alimentos que estén fuera del tratamiento. Las tentaciones pueden ser grandes pero tenemos opciones para limitarlas: evitar los restaurantes y los lugares en los que tengas que mirar cómo otros comen si crees que te dará mucha envidia, no tener en la despensa aquellas comidas que en un momento dado puedan hacerte caer e intenta realizar todos los días actividades que te gusten, que te hagan feliz. Puedes tomar esta etapa de tu vida como una aventura para aprender cosas nuevas, y aunque nunca debes olvidar que el tratamiento es para la persona con problemas de salud (no podemos obligar a los otros a seguirlo como si ellos estuvieran enfermos), has de saber que la comida macrobiótica es rica para toda la familia.
  • Aprender cocina macrobiótica: es una necesidad de todos disfrutar con la comida. Necesitamos comidas que nos den placer, que nos gusten y que nos dejen satisfechos. Los tratamientos con macrobiótica se basan en comidas equilibradas, que nos proveen de todos los nutrientes, de todos los sabores y de todas las texturas. Los platos son coloristas y se comen con los ojos y es una comida exquisita para todos cuando se sabe preparar. Por eso es fundamental que la persona que hace un tratamiento se implique en este aprendizaje. Hay muchos libros que pueden ayudar, pero sin duda alguna lo que más ayuda es asistir a clases de cocina con cocineros cualificados. Además de una amplia variedad de recetas es importante aprender los fundamentos de la cocina energética para poder aplicarlos en la elaboración de nuestros menús. Y las clases facilitarán además el contacto con otras personas que están viviendo procesos similares, y que van a proveer de mucha fuerza y motivación.
  • La motivación: ¿Cuáles son nuestros motivos para querer recuperar la salud? ¿cómo será nuestra vida cuando de nuevo disfrutemos de una salud poderosa? ¿qué momentos están por disfrutar, por llegar? ¿qué proyectos tenemos aún que realizar? ¿cuáles son nuestros sueños de futuro? Pensar en nuestras motivaciones para vivir con plenitud, aquellas que nos dan voluntad para hacer esfuerzos y afrontar los retos que nos trae la vida es fundamental en nuestro camino de sanación. Si somos positivos, si nos ilusionamos incluso en los momentos difíciles, si nos enfocamos en lo bueno que tenemos es más fácil encontrar la fuerza que nos mantenga en el camino adecuado, aunque este tenga dificultades y sea largo. Es importante pensar en lo que sumamos cada día en vez de lo que restamos (sumamos en conocimiento, sumamos en mejoría, sumamos en situaciones que antes no podíamos afrontar y ahora podemos, sumamos en alimentos nuevos que incorporamos...). Si nos enfocamos en restar es posible que la enfermedad nos vaya restando cada vez más posibilidades de disfrutar y lo que ahora podemos hacer en un tiempo ella se encargue de restarlo. Si nos enfocamos en sumar, cada vez vamos sumando más y cuando pasa un tiempo hemos sumado tanto que nuestra vida no sólo vuelve a ser la que era sino aún más rica. Así que partimos de unos alimentos que no vamos a comer por un tiempo (porque están fuera del tratamiento) y vamos sumando más y más en nuestra vida...
  • Establecer prioridades: Un tratamiento de macrobiótica exige que nos planteemos cuáles son las prioridades de nuestro día. Es fundamental el tiempo que hay que dedicar a elaborar las comidas (que cuando se está aprendiendo es mayor), y también es importante que seamos disciplinados en nuestros horarios de comida, descanso y ocio. Cuando el cuerpo encuentra orden le resulta más fácil empezar a ordenar las cosas desde dentro. Respetar las horas de sueño facilita los procesos de regeneración y el descanso del aparato digestivo predispone al cuerpo a tener un sueño reparador. El contacto con la naturaleza nos conecta con nuestra esencia y nos da energía y optimismo. Da prioridad en tu vida a las cosas que te ayudan, pues ahora lo más importante eres tu y la recuperación de tu salud. Piensa que tu bien no es sólo tuyo, es el bien de todos los que te quieren y te rodean, y cuando tengas de nuevo salud todos los esfuerzos que hayas hecho habrán valido la pena, por ti y por un montón de gente.
Queremos recordar aquí que los tratamientos con macrobiótica son compatibles con tratamientos de medicina tradicional. Si tienes un problema de salud es importante que te supervise tu médico especialista. La macrobiótica refuerza la capacidad natural de nuestro cuerpo de salir adelante, potenciando sus propios recursos de recuperación.

Mucho ánimo y besos.
/Raquel.


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sábado, 30 de agosto de 2008

Consultas

La Crisálida, Instituto Macrobiótico



Bienvenidos,


Queremos presentar "La Crisálida, Instituto Macrobiótico" que es un lugar donde vamos a compartir con vosotros lo aprendido sobre alimentación energética y natural.

A través de las actividades que desarrollamos queremos dar a conocer la macrobiótica, con cursos, conferencias y consultas personalizadas para aquellas personas que necesiten una orientación específica para mejorar su salud. Queremos que vuestro aprendizaje sea práctico, para que podáis empezar en casa desde el primer día.

Este es un proyecto largamente soñado. Es también una deuda, pues queremos devolver un poco de lo que la macrobiótica ha hecho por nosotras. Y lo emprendemos con toda la ilusión del mundo.

Pincha en los siguientes enlaces para una información detallada sobre nuestros cursos o nuestro servicio de consultas personalizadas:



"La Crisálida, Instituto macrobiótico"
Av. Oceanía nº70, piso 2ºA.
Ciudad Expo. Circuito2 JUNTO AL METRO
Mairena del Aljarafe, Sevilla.

http://aprendiendo-macrobiotica.blogspot.com
info.lacrisalida@gmail.com
Tf. 954188197 / 651369713




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Un saludo cariñoso:
Mati y Raquel.

Lo que la macrobiótica puede hacer por ti

Muchas personas se preguntan en qué medida puede ayudar la macrobiótica en sus vidas. Algunos lo hacen desde su óptica particular, pues sufren problemas de salud, otros sólo desearían mejorar su aspecto físico o simplemente querrían aumentar su vitalidad y mejorar su calidad de vida.

Desde luego que hay muchos factores que determinan el bienestar físico y emocional de una persona y entre los más importantes se encuentran la alimentación, la calidad del aire que respiramos y del agua que bebemos, la calidad de nuestras relaciones personales, el nivel de estrés y por supuesto nuestras emociones. Pero hay una cosa clara, aunque algunos de ellos no podemos manejarlos pues nos vienen de alguna manera impuestos, la alimentación es un pilar básico de nuestra salud que está por entero bajo nuestra responsabilidad.

Con lo que comemos se fabrica nuestra sangre, que es la encargada de nutrir a todas las células de nuestro cuerpo. Las células constituyen todo nuestro ser, nuestros órganos, nuestros tejidos, nuestros huesos, nuestro sistema nervioso y todo lo que somos. Así que la calidad de nuestra sangre determina nuestro físico de arriba a abajo. Y la buena noticia es que tanto la sangre como todas y cada una de las células de nuestro cuerpo tienen la capacidad de regenerarse periódicamente. Pongamos unos ejemplos: en sólo 10 días se renueva nuestra linfa, en 4 meses se renueva toda nuestra sangre y en 7 años se renuevan todas las células de nuestro cuerpo disfrutando así de ¡¡ un cuerpo totalmente nuevo !!

Cuando una persona cambia su estilo de alimentación a la macrobiótica las consecuencias se dejan notar de manera bastante rápida. Muchas personas experimentan una mejoría notable en sólo 10 días, y en el caso de enfermedades serias, muchas de ellas dan un giro total en 4-8 meses (que es el equivalente de 1-2 renovaciones de la sangre). En todos los casos, absolutamente todos, la persona experimenta una mejoría en su calidad de vida: aumenta la vitalidad, se equilibran las emociones, aumenta la visión positiva de las cosas, se equilibra el peso y mejora el aspecto físico. Y en el plano más sutil, las personas se vuelven más confiadas, más tranquilas y relajadas, más seguras de sí mismas, ven que aumenta su autocontrol y su fuerza de voluntad y se afinan los sentidos física y metafóricamente hablando, esto es, vemos con más claridad las cosas importantes de la vida y empezamos a desarrollar nuestro potencial para vivir el presente y ser más felices. ¿No merece la pena intentarlo con un premio tan estupendo? y es que es mucho lo que podemos obtener "sólo" cambiando algunos de nuestros hábitos...

En el caso de personas que quieren recuperar su salud tenemos que decir que todas las personas son diferentes, y como tales, tienen capacidades de reacción distintas. No podemos asegurar desde aquí que las personas con problemas de salud vayan a encontrar su solución definitiva en esta opción, ni tampoco podemos garantizar un periodo de tiempo para que la curación sea posible (en algunos casos puede ocurrir en unos pocos días y en otros puede llevar años). Cuando cuidamos muy bien lo que comemos y seguimos un tratamiento curativo con la alimentación lo que hacemos es poner nuestro cuerpo en las mejores condiciones para que saque sus propios recursos de recuperación y de sanación. Lo que sí podemos asegurar es que la persona que decida iniciar este tipo de tratamiento siempre va a tener un resultado positivo, siempre va a mejorar en algún modo. Queremos recalcar también que los tratamientos enfocados a recuperar la salud con la macrobiótica no sustituyen en algún modo a los tratamientos médicos. Son un apoyo a estos, por eso recomendamos que sea supervisado también por su médico especialista.

Personalmente, cambié a un estilo de alimentación macrobiótica porque estaba buscando algo que me ayudase a mejorar un problema de salud bastante serio y que no tenía una buena perspectiva de futuro bajo el enfoque de la medicina tradicional. En mi camino, que ha tenido bastantes obstáculos y muchísimas más recompensas, he conocido gente que se ha recuperado de enfermedades complicadas, así como gente con buena salud que ha visto mejorar su vida considerablemente. Lo que pretendo transmitir es que al adoptar un estilo de alimentación natural siempre vamos a ganar. Lo que comemos tiene una influencia inmediata y directa con nuestra salud y con nuestras emociones.

Desde la antigüedad lo decía Hipócrates: "Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina tu alimento".

Un saludo.
/Raquel.


(Más información:



martes, 26 de agosto de 2008

Bebidas

Nuestro cuerpo se compone en gran parte por agua, y por eso es importante que el agua que consumimos sea de buena calidad. En la cocina macrobiótica se da mucha relevancia a este hecho y se consumen habitualmente alimentos cocinados con abundante agua, así como sopas, cafés de cereales, tés y otras preparaciones que nos hidratan.

A continuación nombramos algunas de las bebidas más utilizadas en la práctica macrobiótica, particularmente aquellos que son menos conocidos por el público general:

Tés de tres años (Kukicha y Bancha): es la bebida más utilizada por los macrobióticos de todo el mundo. El té Bancha se elaborado con las hojas del té verde que recogidas después de permanecer, tres años en la propia planta. El té Bancha es muy aromático. El té Kukicha se elabora con las ramitas de ese mismo te verde, pero tiene prácticamente 0% de teína. Las ramitas o las hojas se tuestan y así obtenemos un té Kukicha sin apenas teína (del 0´5 al 1´5 %), muy suave y con muchas propiedades. Ambos tes son conocidos como de tres años ya que, como hemos dicho, tanto ramitas como hojas deben de llevar, mínimo, tres años en la planta.

Sus propiedades son comunes pero el té Kukicha no tiene prácticamente teína y pueden tomarlo incluso los niños y ancianos mientras que el té Bancha, al estar hecho de las hojas, es más aromático y tiene un puntito de teína con lo que es más indicado para tomarlo por la mañana.

Al estar tres años en la planta son más ricos en minerales por lo que tienen un efecto remineralizante (especialmente aportan Calcio) y alcalinizante. Por eso nos fortalecen y nos refrescan cuando estamos cansados. En caso de insomnio el te kukicha tiene un efecto sedante, y ambos pueden aliviar las naúseas y las gastritis. Son una excelente bebida diaria para personas con infección renal, de vejiga, neurastenia, dolencias cardiovasculares, indigestión y fatiga general.

Té verde: Muy de moda últimamente, se elabora con las hojas de la misma planta que los anteriores, pero esta vez se utilizan las hojas más jóvenes recién salidas en primavera. Contiene un poco de teína por lo que no debe, en regla general, ser utilizado todos los días y en ningún caso por los niños.

Ayuda a disolver las grasas acumuladas y es bastante eficaz para bajar los niveles de colesterol.

Te : Este té es una combinación de 16 hierbas y plantas (petunia, ginseng, canela y jengibre entre otras), tiene un sabor peculiar (que personalmente adoro), más en general no se aconseja su consumo diario.

Algunas de sus propiedades medicinales son: alivio del cansancio, ayuda a perder peso, mejora el funcionamiento del estómago, es eficaz en algunos tipos de tos y es una bebida específica para prácticamente cualquier tipo de problema de los órganos reproductores femeninos.

Café de cereales: elaborado a partir de cereales tostados (cebada, centeno, trigo..) y en algunos casos de legumbres, tienen un sabor característico y un color y textura similar al del café. Los cafés de cereales son tonificantes y revitalizantes y tienen también un efecto benéfico en caso de estreñimiento, dolores de cabeza crónicos y digestiones difíciles. Son excelentes para cualquier persona que necesite hacer grandes esfuerzos intelectuales.

Los mejores son los que no contienen higos secos en su preparación. Mi favorito, por su sabor y aroma es el café yannoh (no es una marca sino un tipo de café de cereales que comercializan diversas marcas de productos naturales).

Tés de cereales tostados: se pueden obtener tés de cereales, simplemente tostando los cereales integrales e hirviéndolos después en agua. Los más utilizados y sabrosos son el té de cebada, de arroz o de trigo. Cualquiera de ellos tiene un efecto refrescante, y más específicamente el té de cebada ayuda a eliminar el exceso de grasa, el de arroz es bueno para aliviar problemas intestinales y dolores de cabeza y el de trigo para tonificar el hígado y para refrescarnos ante el calor excesivo del verano.

Otros tés: la mayoría de los tés (infusiones) tradicionales españoles son también excelentes bebidas para el uso diario e incluyen el té de diente de león, de artemisa, de camomila, de tila y muchos otros.

En el día a día es preferible utilizar tés poco aromáticos y dar énfasis a los que tienen un sabor más neutro.

Sopa de miso: no es específicamente una bebida, en realidad es una sopa ligera de verduras y algas sazonada con miso. El miso es un alimento que por su extraordinario valor se decía en Oriente que era un regalo de los dioses. En la cocina macrobiótica se toma a menudo y sus propiedades son maravillosas, entre otras, al ser el miso un alimento fermentado aumentan la cantidad de enzimas de nuestro cuerpo que ayudan a hacer la digestión y a la asimilación de los nutrientes en el intestino delgado; nos alcaliniza y nos refuerza, como lleva algas también nos remineraliza. Su delicioso sabor la hace apetecible a cualquier hora del día, ¡incluso en el desayuno!

lunes, 25 de agosto de 2008

Frutas

Las frutas son verdaderas golosinas que la naturaleza pone a nuestra disposición para el disfrute. Su sabor dulce se debe a su alto contenido en azúcares (fructosa), que junto con su gran cantidad de agua, nos refresca, nos aligera y nos relaja.

Las frutas de cada estación y de cada localidad son las adecuadas para armonizar nuestras energías con el entorno, por eso el consumo en clima templado de cuatro estaciones de frutas tropicales o de lugares muy lejanos nos desequilibra, licúa nuestra sangre y nos debilita en exceso. Recomendamos el uso de frutas tropicales a momentos muy puntuales del año, como decoración y en muy pequeña cantidad.

Como decíamos antes las frutas son golosinas, y como tal deben constituir una parte pequeña de nuestra dieta. Su energía expansiva y enfriante es más adecuada para el verano o los días de calor, y podemos equilibrarla mediante estilos de cocción adecuados para comerla en días de frío.

Todas las frutas de la localidad son adecuadas, en clima templado contamos con las manzanas, el melón, la sandía, los albaricoques, los melocotones, las moras, las frambuesas, las ciruelas, las uvas, el pomelo, el limón, los arándamos, las pasas, las grosellas, las fresas, las mandarinas y las naranjas entre otras.

Pescado y marisco

La cocina macrobiótica utiliza pescados y mariscos como suplemento ocasional a los cereales, sopas, verduras, legumbres y algas. La cantidad varía según la salud y las necesidades personales y pueden llegar a consumirse varias veces por semana. Las variedades recomendadas son las que contienen menos grasas saturadas y colesterol, siendo de mejor digestión.

También se tiene en cuenta que el alimento sea pescado de mar o río, criado de forma natural. Evitamos todos los animales criados en piscifactorías debido a que son alimentados artificialmente y con grandes cantidades de medicamentos y antibióticos que alteran la calidad de lo que nos llevamos a la boca. Por ejemplo, el salmón de piscifactoría toma su color rosado a través de colorantes artificiales que se añaden a los piensos del pescado, pues en la naturaleza los salmones lo consiguen comiendo pequeñas gambas y camarones que resultarían muy caros en la crianza artificial y encarecerían mucho el producto final.

Cada tipo de pescado aporta una energía particular, propia de su raza y sus características. Por ejemplo, el salmón salvaje, tiene la capacidad de nadar contracorriente rió arriba para desovar. Esta fuerza direccional, tan fuerte, capaz de vencer todos los obstáculos, podría ser beneficiosa si queremos conseguir un objetivo difícil, claro que esta energía tan valiosa no nos la puede proporcionar ningún salmón de piscifactoría.

A continuación referimos un listado de pescados que son adecuados para un uso frecuente, y otros, que por su energía más extrema y por su mayor nivel de grasa deben consumirse más moderadamente:

PESCADOS Y MARISCOS

Merluza
Bacaladitos
Pijota
Acedías
Perca
Gallo
Dorada
Lubina
Breca
Lenguado
Carpa
Rodaballo
Bacalao
Trucha
Arenque
Abadejo
Eperlano
Pejerrey
Chipirón
Calamar
mejillones

MARISCOS (En ocasión)

Almejas
Cangrejo
Langosta
Pulpo
Ostra
Camarón
Gambas
Langostinos


PESCADOS (uso poco frecuente)

Salmón
Sardina
Atún
Otros de piel azul y carne roja



domingo, 24 de agosto de 2008

Los genes no lo son todo

Este artículo publicado en "El País" aborda una interesante cuestión que ofrece una nueva perspectiva a la hora de estudiar el desarrollo y la recuperación de enfermedades degenerativas. Y es que hasta ahora se consideró que el individuo quedaba determinado según sus genes desde el momento del nacimiento, pero factores medioambientales como la alimentación, el estrés o la contaminación a que se ve sometido determinan que los genes se activen o desactiven, modificando el mapa genético individual y el de su descendencia. Me fascinó, espero que lo disfruten.

Un saludo
/Raquel.


Leer artículo

Verduras de hoja

Entre las verduras de hoja destacamos, por su valía, las de hojas verdes. El color verde de la hoja lo aporta la clorofila, el colorante verde de las plantas, se encuentra en todas sus células, dentro de los llamados cloroplastos. Estos permiten que el dióxido de carbono, al entrar en contacto con la luz, transforme el aire, la tierra y el agua en almidón (azúcares); durante este proceso la planta desprende oxígeno... es una reacción química maravillosa que se conoce con el nombre de fotosíntesis.

En esa transformación, compleja en extremo, se producen auténticos milagros. Las sustancias inorgánicas (dióxido de carbono y agua) se convierten en sustancias orgánicas (almidones). La energía solar se almacena, de tal manera que las sustancias incombustibles, anteriormente pobres en energía y nada aprovechables para el metabolismo, se transforman en productos combustibles, ricos en energía.

Con ello, la planta no sólo se constituye en parte importante de la alimentación por su alto valor energético, sino que también proporciona oxígeno a la atmósfera. Puede decirse que la clorofila es la "hemoglobina" de la vida vegetal. Se asemeja estructuralmente a la hemoglobina de la sangre, de la que se diferencia sólo por un átomo: magnesio en la hoja, hierro en la hemoglobina...

Entre los beneficios de consumir habitualmente verduras de hoja verde podemos destacar que por efecto de la clorofila, la respiración celular aumenta, el metabolismo celular se activa, mejoran las defensas, la resistencia y la capacidad regeneradora de la célula; el metabolismo funciona de manera más económica y los procesos naturales de curación se activan, se depura la sangre pues elimina residuos y toxinas del cuerpo; se frenan las infecciones y se crea un entorno hostil a la proliferación de las bacterias.

Desde el punto de vista energético los vegetales de hojas verdes físicamente afectan a la parte alta del cuerpo, en especial a los pulmones, el corazón y la garganta. Fomentan el aliento de la vida, oxigenan el cuerpo humano, iluminando las zonas oscuras del cuerpo y el alma. Además ayudan a pacificar la mente, la familia y el hogar.

Los vegetales de hoja crecen en una dirección centrífuga, y por lo tanto, energéticamente estimulan los procesos mentales de la imaginación, las ideas creativas, y el despertar espiritual. Aportan frescura a nuestros platos y a nuestra vida. Producen un efecto suave refrescante en el cuerpo (en especial la parte alta) y tienen tendencia a absorber grasa. Por lo general se preparan en cocciones rápidas, a veces bastan 1-2 minutos, y pueden prepararse mientras se terminan de hacer otros platos y es hora de sentarse a comer.

Las verduras de hoja verde pueden clasificarse según su estructura en las siguientes:

Hojas de estructura amplia: con hojas anchas, como la lechuga romana, los cardos y el bok choy. De sabor dulce o ligeramente amargo producen el efecto más frío en el cuerpo (son muy beneficiosos para la gente que siente exceso de calor en la zona del pecho).

Hojas con estructura aserrada: como las hojas de mostaza, de col rizada, escarola, hojas de nabo y todas las hojas de borde ondulado. Su sabor es más amargo y su efecto más seco en el cuerpo. Son especialmente beneficiosas para liberar el exceso de mocos y agua de la parte alta del cuerpo.

Hojas apretadamente aserradas:
se incluyen aquí las hojas de zanahoria, de diente de león, de achicoria, de berro. Son las hojas más amargas, y sus efectos son fríos y secos. El uso de aceite en su preparación las equilibrará haciéndolas un poco más cálidas y menos secas.

Hojas derechas y suaves:
como las hojas de cebolleta, cebollino y puerro. Tienen un gusto picante o acre, y sus propiedades energéticas son de enfriar y dispersar hacia afuera.

(Fuentes: "La cocina de Aveline" por Aveline Kushi y Alex Jack, "La energía de los alimentos" - desconozco el autor)

Verduras de tierra

Las verduras de tierra pueden dividirse en tres categorías principales: redondas, de tallo y trepadoras, y tropicales. Todos se encuentran al final de un tallo y todos yacen sobre o muy cerca del suelo. Algunos de estos vegetales son brotes y otros son el fruto de una planta.

Las verduras redondas incluyen cebolla, col o repollo, calabaza, coliflor y brócoli. Estas plantas crecen muy cerca del suelo y por lo general su sabor es más dulce que el de las verduras de raíz, que crecen bajo tierra, o que las verduras de hojas que crecen sobre tierra. Desde un punto de vista energético estas verduras que crecen en el medio tienen un efecto en los órganos estómago, bazo y páncreas, situados en la mitad del cuerpo.

Las verduras de tallo, por lo general son de forma alargada, de crecimiento rápido y maduran al principio del verano, ofreciéndonos una energía ligera y ascendente. Algunos ejemplos de estas verduras son el pepino, la calabaza de verano y la lechuga. Energéticamente enfrían, humedecen y relajan los órganos antes mencionados, mientras que las calabazas de invierno y col tenderán a crear un efecto seco, cálido y relajante.

La mayor parte de las verduras tropicales y semitropicales no son adecuadas para consumo en zonas templadas, aunque ahora se cultiven allí y se comen en días cálidos y húmedos. Quizás dentro de diez mil años, cuando se hayan adaptado plenamente a suelos y climas templados, puedan producir efectos armónicos, pero ahora son demasiado debilitantes, ya que licúan la sangre y pueden contribuir a enfermedades. Aconsejamos reservarlas para ocasiones especiales, en muy pequeñas cantidades y usadas como condimento o decoración. Pero hay que ser cuidadosos pues las violaciones al orden natural son las causas principales de las enfermedades crónicas a las que hoy nos enfrentamos. Algunos ejemplos de estas verduras tropicales son la berenjena, el pimiento, el tomate, la patata y el espárrago.

Como las diferentes hojas y raíces, cada vegetal de suelo tiene su propia y única energética. Son los vegetales más sociales del reino de la planta y se relacionan con el lado de las relaciones sociales y humanas en nosotros.

CONSUMO REGULAR:
  • Cebollas
  • Col o repollo
  • Col lombarda
  • Calabaza dulce
  • Calabaza hokaido
  • Calabaza de verano y otras
  • Coliflor
  • Brocoli
  • Pepino
  • Calabacín

(Fuentes: "La energía de los alimentos" (desconozco el autor) y "La cocina de Aveline" de Aveline Kushi y Alex Jack).