- ¿Cómo puedo engordar con un intestino débil?
- ¿Por qué el tomate se usa poco en la macrobiótica?
- ¿Cuánto tiempo se tarda en eliminar las mucosidades causadas por lácteos?
- ¿Cómo preparo leche de cereales para bebés?
- ¿Por qué hay que adaptar la dieta en las distintas estaciones del año?
- ¿Puede ayudar la macrobiótica a superar la bulimia?
- ¿Por qué no funcionan las dietas de adelgazamiento?
- ¿Cómo integras la macrobiótica en la vida social?
- ¿Por qué tengo tantos antojos con la comida macrobiótica?
- ¿Es mejor tomar la fruta siempre cocida?
- ¿Es recomendable el uso de levadura de cerveza?
- ¿Cómo puedo comer MOCHI?
- ¿Qué es el MOCHI?
- ¿por qué tengo tanto antojo de pan?
- ¿Es necesaria una depuración a base de arroz integral antes de empezar a practicar la macrobiótica?
- ¿Por qué es importante comer verduras de hojas verdes?
- ¿Qué significan los antojos?
- ¿Son los lácteos una buena fuente de calcio?
- ¿Cómo es posible que no engorde con todo lo que como?
- ¿Qué es una alimentación equilibrada?
- ¿Qué es la soja texturizada?
- ¿Por qué es importante incluir alimentos fermentados en nuestra dieta?
- ¿Son saludables las acelgas y las espinacas?
- ¿Por qué debemos remojar los cereales integrales y las legumbres?
- ¿Cómo puedo empezar a practicar la macrobiótica?
- ¿Qué es la soja?
- Entrevista - Lo que dicen de la macrobiótica -
sábado, 10 de diciembre de 2011
Preguntas y respuestas
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- El amargo dulce del azúcar
- Breve historia de la macrobiótica
- Lo que la macrobiótica puede hacer por ti
- Medicina energética
- Utensilios de cocina y toxicidad
- Entrevista: "Lo que dicen de la macrobiótica"
Macro cocido madrileño
Macro cocido madrileño
Ingredientes para la sopa: zanahoria, cebolla, puerro, alga kombu, copos de bonito, tomillo seco, salsa de soja, fideos finos, mochi, hoja de hierbabuena y un par de alitas de pollo (opcional).
Ingredientes para el acompañamiento: morcilla vegana de burgos, chorizo vegano, garbanzos cocidos, col, cebolla, seitán, ajo (opcional), aceite de oliva y vinagre de arroz.
Sopa:
- poner a cocer agua abundante y hervir con las verduras enteras, el alga, los copos de bonito, el tomillo y las alitas de pollo durante una hora a fuego lento.
- Colar el caldo que habrá quedado bastante sabroso y apartar la zanahoria entera, el alga kombu que cortaremos en tiritas finas y las alitas de pollo. El resto de las verduras las podemos tirar o reservar para otra preparación.
- A este caldo le añadimos salsa de soja hasta conseguir la sazón deseada.
- Cocemos fideos finos a parte y ponemos una pequeña cantidad de ellos en cada plato.
- Finalmente añadimos el caldo bien caliente junto con una hoja de hierbabuena y unos daditos de mochi frito para decorar.
- Ya tenemos preparado la morcilla de burgos vegana, los garbanzos cocidos, la zanahoria cocida y troceada (de haber hecho el caldo) y el chorizo vegano (podemos comprarlo ya elaborado a base de seitán y especias).
- Garbanzos fritos con col: cortamos la col en tiras muy finas y rehogamos con aceite de oliva y un ajo entero hasta que quede bien tierna. Añadimos los garbanzos y tapamos unos minutos para que el plato quede caliente. Sazonamos con salsa de soja al gusto y servimos con unas poquitas gotas de vinagre de arroz.
- Ropa vieja: quitamos a las alitas su piel y desmenuzamos su carne, cortamos el seitán en tiritas finas y la cebolla en medias lunas finas. Rehogamos la cebolla hasta que esté bien dorada y añadimos el pollo y el seitán y rehogamos unos minutos más.
- Morcilla y chorizo a la plancha: los pasamos un momento a la plancha con un poco de aceite de oliva para que queden crujientes.
- Ya están todos listo para montar el plato de acompañamiento de la sopa: chorizo y morcilla a la plancha, zanahoria cocida en rodajas, un poco de ropa vieja y un poco de garbanzos fritos con col.
jueves, 8 de diciembre de 2011
Testimonio de Raquel Olid (colitis ulcerosa)
(Colitis ulcerosa - diciembre 2011).
Me llamo Raquel. Desde pequeña había tenido problemas digestivos, dolor, diarreas, pero los médicos me decían que eran gases, que tenía el estómago verticalizado, y que no había nada. me mandaban pastillas para los gases, que al principio hacían efecto pero al poco tiempo estaba igual. En la adolescencia tuve trastornos alimentarios durante bastantes años.
Me puse mejor, y durante la carrera universitaria, que comía mucho fuera, empecé a empeorar. Lo achacaba a los nervios de los exámenes. Estuve muchos meses sangrando, con dolor, muchísima diarrea, hasta que me asusté y me hice las pruebas: colitis ulcerosa. El médico me dijo que hiciera vida normal, y que descartara alimentos que me sentaran mal. Lo de vida normal, teniendo en cuenta que cada vez que comía algo iba corriendo al baño o no me daba tiempo, pues lo veía difícil, y lo de los alimentos, pues algunos estaban claros pero otros no. Con la medicación empecé a mejorar, pero había muchos síntomas que seguían igual y la medicina actual no solucionaba.
En cursos de mi profesión como fisioterapeuta me hablaron de ciertas cosas que podía hacer, alimentos a eliminar y me recomendaron algunos libros. Mejoré muchísimo, pero mi alimentación era un poco sosa y bastante excluyente, además mi carácter estaba cambiando mucho.
Ojeando una revista de las que suelo mirar, me encanta enterarme de todo tipo de terapias, descubrí el instituto La Crisálida. No lo dudé y me apunté a algunas clases. Ya en la primera clase no sabía muy bien lo que me iba a encontrar, y me fascinó, había mucha lógica en cosas que ya sabía pero nadie me había explicado el por qué, y me sentí muy reflejada clase a clase, en todo lo que pasaba en mi interior, tanto en mi estómago como por mi cabeza.
Siempre me había gustado la cocina, pero ahora muchísimo más, porque sé que lo que como me viene muy bien, que es sano, que esta cocinado con amor y con respeto hacia mí misma. Lo único que me falta es más apoyo de mi entorno. He perdido peso, pero también por temas emocionales míos, y claro se asustan por lo que ya vivieron conmigo de jovencita. He mejorado mucho de mi enfermedad, ahora me han retirado la medicación, sólo tomo homeopatía. Mi carácter está más suave y de la boca y la vista estoy mucho mejor.
Estoy encantada desde ese primer día que entre en contacto con la macrobiótica y cada día lo estoy más. Muy agradecida a Mati y Raquel, las profes, por querer y saber comunicarnos tan bien sus conocimientos y al resto de alumnos por su amistad.
/Raquel.
olid_montero_raquel@hotmail.com
martes, 1 de noviembre de 2011
Testimonio de Fran Cantó Camilo (Colon irritable)
Testimonio de Fran Cantó Camilo
(Colon irritable - noviembre 2011)
Mi nombre es Fran, tengo 30 años y soy profesor de clarinete. Estudié en Londres del 2000 al 2004 y en mi último año por esas tierras contraje una Giardiasis. Esta enfermedad consiste en el anidamiento en los intestinos de un protozoo llamado Giardia Lamblia. Esto puede ocurrir por tomar comida tropical en mal estado. La eliminación de estos gusanitos consistió en la ingesta de un antibiótico fortísimo llamado Metronidazol, que no sólo acabó con el protozoo, sino también con mi flora intestinal. Desde entonces empecé a tener diarrea crónica.
De vuelta a España empezó mi periplo de visitas a médicos especialistas en aparato digestivo. Tras numerosas pruebas de diagnóstico (ecografías, tránsitos y, por supuesto, colonoscopias) finalmente se llegó a la conclusión de que mi problema se llama Colon Irritable. ¿Cuánta gente puede haber catalogada con la etiqueta del colon irritable con características tan diversas? Tal y como dicen los médicos, cuando existe un mal funcionamiento del colon e intestinos sin alteración orgánica de los mismos la medicina occidental concluye que hay un Colon Irritable.
De cada una de estas consultas siempre salía con mi recetario lleno de antiespasmódicos y antidiarreicos que funcionaban sólo para los dos primeras semanas, cuando no empeoraban mi estado general. Sin embargo, en una cosa sí acertaron todos los doctores: “Deberás cuidar tu alimentación y el estrés de tu vida diaria”. Lo malo es que ante mi pregunta de “¿Cómo se hace eso?”, no me sabían responder.
Durante todo este tiempo empezó mi otro periplo: la búsqueda de terapias alternativas. Desde entonces he probado homeopatía, meditación, terapia cráneo-sacral, osteopatía, psicoterapia, kinesiología, reiki, acupuntura…De todos los especialistas de dichas terapias guardo el regusto de haber aprendido mucho. En particular me fascina la trascendencia de la meditación, el reiki y la psicoterapia. Creo sinceramente que tener una mente fuerte que sepa gestionar inteligentemente las emociones es muy importante también para la salud física. Sin embargo, mis diarreas no cesaron pese al cambio de actitud mental puesto que ya existía un deterioro considerable a nivel biológico. Intenté combinar el reiki y la meditación con la búsqueda de alguna pócima mágica que acabara definitivamente con el problema, pero esto no llegaba.
Cansado de buscar y buscar llegué a la conclusión de que seguía sufriendo diarrea crónica porque no era plenamente responsable de mi vida. Había comenzado el camino de la responsabilidad a nivel mental, pero le había estado dando la espalda a algo mucho más simple: la comida. Así que decidí visitar a un par de endocrinos. Esto fue sin duda una de las experiencias más vacías y frustrantes de todo este camino, pues ambos me dijeron que el colon irritable tenía que ver con el estrés y que lo único que podían darme era una dieta tipo que incluía de todo y el sabio consejo de que eliminara de la dieta aquello que me sentara mal. A esas alturas para mí era imposible distinguir lo que me caía bien de lo que me caía mal, pues el deterioro era grande y lo mismo podía tener diarrea con una manzana asada que con una tostada con manteca y lomo.
Un día un compañero de trabajo me habló de la macrobiótica y del instituto La Crisálida en Sevilla. Así que, con el apoyo de mi mujer decidimos ir a la clase básica de cocina y una consulta con Mati Navas. Este día fue el 27 de Noviembre del 2010, hace tan solo 11 meses. A partir de aquí lo único que puedo expresar es gratitud: gratitud infinita hacia Angela, mi mujer, un apoyo constante que ha demostrado un amor incondicional por mí; y hacia Mati, que me enseñó el camino hacia la salud y que es no sólo una buenísima consultora y cocinera, sino también gran persona y compañera de viaje.
A día de hoy puedo decir que no padezco de diarrea crónica. La diarrea en mí aparece muy de tarde en tarde dentro de cuadros agudos por infecciones u otras circunstancias extraordinarias. Además normalmente ya no tengo dolor abdominal, hinchazón abdominal, mi sistema nervioso es mucho más estable ni tengo altibajos de energía tan grandes como antes. Durante estos meses he perdido mucho peso, pero ya he recuperado unos kilos como Mati predijera sin cambiar la esencia de mi alimentación. No he padecido anemia ni nada por el estilo ya que Mati se aseguraba de que nutrientes como el hierro, vitamina B12, aminoácidos…estuvieran presentes a través del pescado, legumbres, las algas, la soja fermentada y las hojas verdes. Creo que hay un momento de inflexión (en mi caso fue entre los 6 y 8 meses) en el que, habiendo tocado fondo en cuanto al peso, mi cuerpo fue pidiéndome un poco más de apertura en cuanto a variedad de alimentos. Ahora puedo decir que hago una macrobiótica abierta. ¿y qué significa una macrobiótica abierta? Es la grandeza de saber darle al cuerpo lo que necesita. Es la grandeza de poder volver a un plato de azukis con calabaza y arroz integral (por ejemplo) el día después de una comida copiosa con amigos. Es la grandeza de poder tener a raya mis diarreas a través de un orden alimenticio sin renunciar a darse un capricho de tarde en tarde. Es la grandeza de haber encontrado la salud y haber reeducado mi instinto de alimentación. Quizás esto último es lo más importante pues, aunque no estamos exentos de poder enfermar de cuando en cuando, lo más importante es encontrar esa conexión interior que permite escuchar las necesidades alimenticias reales de nuestro cuerpo.
Para concluir veo necesario subrayar que los alimentos tienen una energía que a corto, medio y largo plazo tienen consecuencias decisivas en nuestro organismo. Es posible prevenir y curar enfermedades con hábitos tan simples como la alimentación sin tener que esperar la varita mágica del médico. En muchos casos (más de los que todos pensamos) la varita la tenemos nosotros mismos.
/Fran
franclarinete@hotmail.com
sábado, 1 de octubre de 2011
La cocina según las estaciones del año
En la medicina oriental, de la cual toma su base teórica la macrobiótica, se considera que en cada estación hay una energía que predomina en la naturaleza (que tiene unas cualidades de dirección, temperatura...), un par de órganos que se activan en el cuerpo tomando funciones adicionales a las que normalmente hacen durante el resto del año, un sabor y un color que estimulan esos organos en su buen funcionamiento y que en exceso los desequilibran. Cuando nuestros órganos están en equilibrio nuestras emociones también lo están, así nos sentiremos bien no sólo físicamente sino con buen ánimo, alegría, coraje y capacidades positivas como el buen discernimiento y la fuerza de voluntad entre otras.
Así la madre Naturaleza nos ofrece en la huerta para cada estación las verduras y frutas que ayudan a nuestro cuerpo a equilibrarse más armónicamente con el ambiente y que además ayudan a nuestros órganos principales a funcionar correctamente. Esto es lo que llamamos vivir en armonía con el entorno, por eso en la macrobiótica hacemos tanto hincapié en que se consuman verduras y frutas locales y de la estación.
Veamos algunas recomendaciones generales:
En la filosofía oriental contamos con esta estación en el año, que se ubica después del verano y antes del otoño. Podemos distinguirla del verano porque aunque todavía hace calor las temperaturas descienden, empiezan a refrescar las noches, los días se hacen más cortos e incluso caen las primeras lluvias. Normalmente comienza a principios de septiembre y termina a mediados de octubre (o un poco antes o un poco después). Es importante recalcar que en la medicina oriental las estaciones no empiezan ni terminan según un día especial del calendario, las ubicamos según la climatología, según los cambios que notamos por eso cada año pueden variar un poco en su duración o su comienzo.
En el verano tardío toda la naturaleza se calma de la vibración tan grande del verano, las verduras de la huerta echan sus últimos frutos de la temporada, que suelen ser los más dulces pues han acumulado todas las horas de sol de la estación anterior. Nos referimos a uvas, higos, melones y calabazas de verano por ejemplo. Los campos se vuelven más dorados y empiezan a marronear algunas plantas, que aunque aún no han perdido sus hojas están en su camino hacia el otoño.
Nuestras emociones también se calman, empezamos la vida después de las vacaciones, más centrados, con nuevos proyectos para el nuevo curso que comienza, y con menos ganas de salir y hacer excesos tanto en horarios como de placeres culinarios. Es el momento de retomar la vida más ordenada.
La energía de esta estación tiene el nombre de Energía Tierra. El color del verano tardío es el amarillo y el sabor es el dulce natural. Los órganos principales son el estómago y la pareja del bazo-páncreas. Nuestro objetivo energético a conseguir con la comida es relajarnos, centrarnos y empezar a calentarnos para preparar nuestro cuerpo a los cambios más bruscos de temperatura que se avecinan con el otoño.
Así planificaremos unas comidas que aumenten la energía tierra de nuestro cuerpo, con sabores más dulces y colores más amarillos, facilitando el trabajo de nuestros órganos. Evitaremos por supuesto lo que daña especialmente estos órganos. Por ejemplo algunas recomendaciones para adaptar nuestros menús son usar un poco más de fuego y sal en la cocina, menos cantidad de ensaladas y frutas crudas, menos cantidad de aceite crudo que enfría mucho el cuerpo, más compotas dulces de frutas y verduras, dando a nuestros platos un sabor más dulzón con las verduras de la estación. Haremos purés dulces de calabazas y boniatos, guisos de legumbres con castañas dulces y por supuesto el mijo, el rey de los cereales en el verano tardío.
El otoño es la estación que sigue al verano tardío. Las temperaturas bajan bruscamente, comienzan los fríos y las lluvias, aumenta la humedad en el ambiente y las horas de luz disminuyen. Toda la naturaleza se aquieta y empieza a recogerse: muchos árboles pierden sus hojas, las plantas crecen más lentamente, los animales tienen menos actividad, la noche llega antes y con ella la calma.
Si estamos en armonía con el entorno también nosotros empezamos a sentir una mayor necesidad de recogimiento e interiorización. Hay que ir preparando el cuerpo para los fríos más intensos del año, que llegarán con el invierno.
La energía predominante en el ambiente es la Energía Metal, el color es el blanco y el sabor el picante. Los órganos principales de la estación son los pulmones y el intestino grueso.
El objetivo energético del otoño es reforzar y remineralizar el cuerpo, para que pueda resistir bien el cambio a la estación más fría del año.
Algunas de las recomendaciones aquí son dar un toque especial de energía metal a nuestros menús. Con verduras de la estación como los rabanitos y los nabos, que son blancos, y otras verduras de raíces que nos ayudarán a ir cerrando nuestro cuerpo y guardando nuestro calor. Usaremos más cantidad de fuego en los platos, un poco más de condimentos salados y picantes para realzarlos, insistiremos en las algas, y por supuesto daremos prioridad al rey de los cereales en el otoño que es el arroz integral.
El invierno es la estación más fría del año. Toda la naturaleza está en profunda interiorización, es el momento de hibernar de algunas especies animales, las plantas crecen muy lentamente, los árboles de hoja caduca han perdido todas sus hojas. Los días tienen las noches más largas y muy pocas horas de luz. Todo duerme, en apariencia. En realidad hay una profunda actividad, en el interior: las plantas y los animales están reponiendo reservas para la enorme energía que supone la explosión de vida y color que es la primavera.
Si danzamos el baile de la naturaleza esta será la estación del año en que más durmamos, menos ganas tengamos de salir y relacionarnos, nos volvamos más caseros, más en nuestras cosas, en nuestros proyectos, nuestro trabajo y nuestra familia. Es la estación para el recogimiento.
La energía predominante en el invierno es la Energía Agua, el color es el azul marino y el sabor el salado. Nuestros órganos predominantes son los riñones y vejiga junto con el aparato reproductor. Nuestro objetivo energético a conseguir con la cocina es nutrir y remineralizar el cuerpo.
Es el momento de reponer nuestras reservas de nutrientes, de minerales y de grasas, que nos ayudarán a soportar los fríos más intensos del año. Por eso es la estación del año en que más comemos, con más platos densos y calientes. Algunas recomendaciones para adaptar nuestra cocina al invierno es aumentar la cantidad de fuego empleada en cocinar nuestros platos, y la cantidad de sal o condimentos salados. Comer mayor cantidad e algas, usar las verduras de la estación con preferencia las de raíz, que nos calentarán en profundidad y evitar aquellos alimentos que dañan nuestros riñones. El rey de los cereales en esta estación es el trigo sarraceno.
La primavera es la estación del año en la que todo estalla en una explosión de vida exuberante. Las plantas crecen muy rápido cubriendo de verde zonas aparentemente muertas, las flores visten los campos de colorido, los animales salen de su quietud para poblar los campos de bichitos, insectos, animalitos, es la estación de la cría, de la reproducción. Los días se alargan y el frío cesa para dejar paso al sol y sus bondades.
Si estamos en armonía con esta estación sentiremos que también nosotros recuperamos una energía especial, una vitalidad más grande. Tenemos más ganas de salir y divertirnos, hacer la limpieza general de la casa, poner en orden asuntos y nos volvemos más activos.
La energía predominante en la naturaleza es la Energía Árbol, el sabor es el ácido y el color el verde limón. Nuestros órganos más activos son el hígado y la vesícula biliar. El objetivo energético a conseguir con la cocina es activar y depurar el cuerpo.
Es el momento de librarse de esos kilos de más acumulados durante el invierno, aligerar nuestro cuerpo y enfriarlo ligeramente para sentirnos mejor con los calores que empiezan a llegar. Algunas recomendaciones para conseguirlo son cocinar con menos grasas, sal y fuego, aumentar la cantidad de ensaladas frescas en nuestros platos, usar estilos de cocción más dinámicos como los salteados cortos y la plancha. Y por supuesto dar un toque ácido a nuestros platos con hierbas frescas, cítricos, y otros condimentos especiales. Los reyes de los cereales en esta estación son el trigo y la cebada, por su efecto depurativo y enfriante.
Nosotros nos armonizamos con el medio ambiente relajándonos y calmándonos. Seguimos activos, pues los días son largos y la luz y el calor favorecen un ánimo alegre y las ganas de salir y disfrutar del mar y las actividades al aire libre. Sin embargo es un tipo de actividad más distendida. Al mismo tiempo, las frescas noches veraniegas unidas a las vacaciones, se prestan a reuniones y celebraciones, contribuyendo a ese ambiente festivo y relajado del verano.
La energía predominante en la naturaleza es la Energía Fuego. El color del verano es el rojo y el sabor el amargo. Los órganos predominantes en esta estación son el corazón y el intestino delgado. El objetivo energético a conseguir con la cocina es enfriar, abrir y relajar nuestro cuerpo para poder sobrellevar el calor extremo propio de la estación.
Así algunas recomendaciones aquí son usar alimentos más frescos y menos cocinados, con menos sal, menos fuego y más agua. Aumentar la ración de ensalada, usar hierbas aromáticas frescas y más fruta cruda que en la estación es abundante. Disminuir la porción de proteínas de nuestro menú (por hacer las digestiones más pesadas y aportar calor). Por supuesto no olvidarnos de dar un toque amargo a nuestros platos con verduras y condimentos. El rey de los cereales en esta estación es el maíz.
NOTA: Todas las indicaciones apuntadas en esta breve entrada son ampliamente desarrolladas en nuestro curso "Cocina energética y natural estacional". Dónde podrás aprender en detalle las funciones de los nutrientes en el cuerpo, en qué alimentos están los nutrientes de mejor calidad, cómo elaborar menús equilibrados y organizar el menú semanal, y además comprender en detalle las cualidades del yin-yang, cómo adaptar los menús a cada estación, qué verduras y condimentos son propios de cada estación, cuáles son las funciones principales de los órganos predomianantes en cada estación, qué significa en el plano emocional tener los órganos en equilibrio y en desequilibrio ¡y mucho más!
jueves, 29 de septiembre de 2011
¿Por qué el tomate se usa poco en la macrobiótica?
- Respuesta: El tomate es el fruto de una planta tropical que proviene de América. En sus tierras de origen los lugareños nunca lo consumieron por considerarlo una planta ornamental. Como sus compañeras las demás solanáceas (tomate, pimiento, tabaco y patata) tiene un alto contenido en solanina, una sustancia tóxica en grandes concentraciones que además retira el calcio de los lugares del cuerpo donde debería estar para formar acumulaciones en lugares indeseados (como articulaciones) y endurecimiento de tejidos blandos, pudiendo producir su consumo a largo plazo enfermedades como las atritis, la artrosis o piedras.
- El consumo de solanáceas está totalmente desaconsejado en personas que padecen de este tipo de enfermedades y para los que estamos más sanos hay que consumirlo con mucha cuidado. Quiero recalcar también que tanto el tomate como sus compañeras son plantas estacionales, esto es sólo dan sus frutos en el verano (exceptuando la patata que puede tener dos cosechas anuales), y para respetar las leyes naturales nuestro consumo debería limitarse a esta época del año y siempre con moderación.
- Por estas razones la macrobiótica ofrece algunas alternativas más sanas para nuestros platos favoritos con tomate. ¡Salud y buenos alimentos!
Las etapas de transición macrobiótica
Según la Medicina China una persona completa se forma en tres ciclos de siete años. Los primeros siete años de vida se sientan las bases del desarrollo biológico y el niño siente las necesidades de nutrición y amor incondicional como imperantes en su vida. En los siguientes siete años se sientan las bases del desarrollo mental y emocional en el niño y de los catorce a los veintiún años se sientan las bases del desarrollo espiritual. A los veintiún años, idealmente, las personas están formadas y preparadas para su propia vida.
Si no hemos vivido estas etapas idealmente en su momento tenemos más tarde la oportunidad de seguir desarrollándonos y corregir las carencias. En esta evolución humana la alimentación es una herramienta muy poderosa pero no hay que olvidar que no es la única y que tenemos que desarrollar aspectos de nuestro ser que requieren también de otras.
Veamos brevemente las etapas de transición macrobiótica, esto es, los ciclos de renovación que tiene el cuerpo y que con el cambio de alimentación se ve beneficiado en la dirección de la SALUD y la VIDA:
- Renovación de la linfa, cada 10 días. Algunas personas experimentan una mejoría rápida de su estado físico en cuanto comienzan a practicar una dieta saludable y la razón es que enseguida el cuerpo empieza a renovar y cuenta con mejores recursos.
- Renovación de todos los glóbulos blancos, cada 60-90 días.
- Renovación de los glóbulos rojos, cada 90-120 días. Llegados a este punto ya se ha producido una renovación completa de la sangre, que es el alimento de todas las células del cuerpo.
- Renovación de la musculatura periférica (músculos grandes y más lisos), cada 4-18 meses. Esta suele ser una etapa crítica, pues puede haber un adelgazamiento grande y algunas personas desisten de continuar. El cuerpo está haciendo una limpieza profunda y pueden aparecer síntomas de descargas como gases, mala absorción porque el intestino no está acostumbrado a digerir los integrales… Es muy bueno hacer ejercicio físico suave, porque con la oxigenación ayudamos al cuerpo con sus cambios.
- Renovación de la musculatura profunda (músculos pequeños que sustentan los huesos y órganos) y el sistema nervioso periférico, cada 18-36 meses. En esta etapa se producen cambios muy profundos que pueden mostrarse con descargas de limpieza en el cuerpo (mocos, constipados fuertes…) El cuerpo está centrado en hacer la limpieza y emplea mucha energía en ello. Como curiosidad comentamos aquí que la superficie de los intestinos es similar a la de un campo de fútbol y tenemos aproximadamente unos 3kg de flora intestinal. La superficie de los pulmones con sus alveolos pulmonares aproximadamente de 80m2. En esta etapa el cuerpo está enfocado en la limpieza de estos órganos de absorción nutrientes y eliminación de residuos. Como consecuencia de estos cambios profundos suelen producirse también cambios profundos a otros niveles, por ejemplo las personas se cuestionan la dirección de su vida, dónde vivir, en qué trabajar…
- Renovación de órganos internos, sistema circulatorio y sistema nervioso autónomo, cada 3-5 años. Esta etapa es muy gratificante porque muchos desajustes antiguos, tendencias y hábitos se recolocan. También se producen cambios de valores muy profundos: agradecimiento, intención de devolver a la vida el regalo recibido. O quizás se despiertan miedos muy profundos ante la perspectiva del cambio de vida. Nos cuesta soltar y cambiar nuestras prioridades pero en la persona se despierta una necesidad de sentir que forma parte del universo y que tiene que fluir con él.
- Renovación completa del sistema nervioso central (incluido el cerebro) cada 7 años. Llegados a este punto la base biológica está renovada y se supone que tenemos la fuerza y la “iluminación” de conectar con nuestra esencia y dirigirnos a nuestro verdadero lugar y tener el coraje de atrevernos a fluir con la vida.
jueves, 1 de septiembre de 2011
Mantequilla de cebolla
Ingredientes: cebollas, aceite de sésamo (u otro) y sal marina.
- Se cortan las cebollas a medias lunas muy finitas.
- Se echan en una olla con un chorrito de aceite y sal.
- Se saltean a fuego vivo moviendo continuamente hasta que empiecen a sudar su propia agua, al menos 5-10 minutos.
- Se tapan, se pone el fuego al mínimo mínimo y se dejan cocinar en su propio jugo durante 2'5-3h. Se reduce mucho su volumen y al final queda con consistencia de mermelada o de mantequilla para untar. ¡SUPER DULCES!
miércoles, 31 de agosto de 2011
Testimonio de Ana Jiménez-Carlés.
(Diabetes - agosto 2011)
Ha sido un Honor.
Sí sí, eso es lo que he sentido cuando Raquel me ha invitado a que cuelgue mi testimonio en el blog, es por ello que no tengo más remedio que intentar transmitiros como ha sido mi camino hasta aquí.
Quiero agradecer enormemente a Mati y a Raquel esa labor inconmensurable que realizan día a día y que espero les sea recompensada como se merecen y no quiero dejarme atrás a aquella persona gracias a la cual descubrí el mundo de la Macrobiótica, ya que ella fue de esas amigas valientes que no sólo no me tachaba de “loquilla” cuando me iba a los cursos de feng shui a Madrid sino que se animó a acompañarme a alguno que otro, por ello , cuando ella descubrió el mundo de la Macrobiótica no dudó en presentármelo inmediatamente a mí . Gracias “Poupé”.
Ya de esto hace más de un año, tiempo durante el cual me estoy intentando formar lo mejor que puedo descubriendo día a día los maravillosos beneficios de vivir este tipo de vida.
Deciros que al principio todo se me hizo un mundo, pero el diagnóstico de la diabetes de mi marido me hizo decidir que no me podía rendir y, gracias a que no lo hice, sus niveles de azúcar están prácticamente normalizados por lo que nuestros temores a que pudiera llegar a quedarse ciego como le ocurrió a su padre, (q.e.p.d.), han disminuido considerablemente.
En casa nos hemos beneficiados todos de este maravilloso cambio ya que mi vida antes era súper estresante, trabajando 12 horas diarias, llegando a casa rendida y cenando “fiambre” que era lo más rápido de preparar, aun así, yo siempre pensaba, que era una lástima el tiempo que se empleaba en preparar cualquier cosa para que después en un pis-pas desapareciera de la mesa en los estómagos de todos nosotros.
Ahora, no tiene nada que ver, salgo antes de trabajar para llegar a casa y preparar una cenita en condiciones, no me importa el tiempo que emplee en ello, porque después la vamos a disfrutar el doble ya que la diferencia está en que antes comíamos y ahora nos alimentamos, y encima lo disfrutamos. Mi estrés ha disminuido considerablemente, y ya todo puede esperar, nuestra salud no , por supuesto.
Parece mentira cómo al final todo está relacionado, el feng shui me ha permitido tener nuestro entorno equilibrado con las energías canalizadas y ahora la macrobiótica me permite que nuestra alimentación también lo sea. NO PUEDO PEDIR MÁS!!!!!!!!!!!!
Por ello sólo deciros que al principio puede pareceros complicado pero que el camino es maravilloso, que poco a poco todo sale, que la nueva despensa que desecha a la anterior no hay palabras para describirla y que si en ese camino tenéis la suerte de contar con personas como Mati y Raquel no os costará lo más mínimo ya que ellas harán de ese andar un paseo entre algodones, o mejor dicho entre cereales.
DE TODO CORAZON, GRACIAS A LAS DOS.
/ANA
(dragona@funerflor.com)
miércoles, 24 de agosto de 2011
¿Cuánto tiempo se tarda en eliminar las mucosidades causadas por lácteos?
Es que yo tengo los mismos síntomas (respiración complicada debido a que tengo mucha mucosidad en la garganta y nariz). De hecho, estoy sin consumo (estricto) de lácteos desde hace ya 9 meses, pero estos síntomas aún no se han desaparecido por completo.
Gracias por el excelente blog que manejas y por la calidad de la información que se nos entrega. Saludos.
Respuesta: En efecto los lácteos son causantes de mucosidades que se acumulan en todo el aparato respiratorio, incluidos pulmones, tráquea, senos paranasales, y también en los intestinos causando dificultad para la absorción intestinal adecuada. Cuando se elimina el consumo de lácteos completamente de la dieta de la persona, un consumo que dicho sea de paso se ha mantenido normalmente por décadas, las mucosidades comienzan a remitir poco a poco. Es posible que en los primeros meses notemos ya algunas diferencias: quizás respiramos mejor, nuestro olfato se agudiza o dejemos de tener mucosidades en la garganta al levantarnos por la mañana. Pero tenemos que pensar que estas mucosidades se han ido acumulando profundamente a lo largo de muchos años en el cuerpo y cuesta también muchos años eliminarlas del todo. Para hacernos una idea la superficie pulmonar, incluyendo alveolos y demás, es equivalente a unos 80m2 en el adulto.
En mi caso personal en el que practico la macrobiótica desde hace 5 años y en este tiempo mi consumo de lácteos ha sido ninguno en absoluto (y no porque la macrobiótica prohiba los lácteos sino por decisión personal), pude notar las primeras mejorías en unos pocas semanas. Yo no tenía especial dificultad para respirar pero pude notar que respiraba mejor, que me resfriaba mucho menos (claro porque el cuerpo se resfria en un intento de expulsar lo que le sobra), y sobre todo recuperé mucho olfato y gusto. Ahora bien, de vez en cuando aún mi cuerpo hace una limpieza más profunda y aprovecha un resfriado para expulsar mocos más espesos. El cuerpo siempre está en continua renovación.
Hace poco charlaba con un amigo que ya practica la macrobiótica por 30 años. El empezó porque buscaba una solución para un asma muy fuerte que le afectaba su calidad de vida a los 40 años. Me contó que dejó de consumir lácteos, que empezó una dieta macrobiótica equilibrada y que consiguió dejar por completo la medicación en unos pocos años. De vez en cuando tenía "crisis curativas" y su cuerpo expulsaba mucosidades antiguas. Una de estas crisis más fuertes la tuvo a los 20 años de práctica macrobiótica regular. Ahora bien, también me confesaba que su tendencia al asma aún no ha desaparecido del todo, y aunque no es dependiente de la medicación sabe que no puede bajar demasiado la guardia porque le aparecen avisos de su cuerpo en este sentido.
Con esto lo que pretendo transmitirte es que la mejoría es un proceso largo que puede durar años, o quizás toda la vida, cada persona es un caso distinto. Lo importante es que sepamos cuidar de nosotros mismos y atender las señales que nos da nuestro sabio cuerpo. En un baile para siempre.
Hay que saber que los lácteos no son los únicos alimentos productores de mucosidades: también lo son las harinas (especialmente las horneadas en bollerías, pan, picos, bizcochos, magdalenas, galletas y demás), los copos de avena cocidos, y para algunas personas especialmente el trigo en su variedad candeal (o trigo común).
Así la mejoría del cuerpo se debe normalmente potenciada por un conjunto de factores: cambio en la alimentación (que no sólo significa dejar de tomar alimentos que nos hagan daño sino alimentarnos equilibradamente y con alimentos sanos) y estilo de vida (que incluye ejercicio físico, paz emocional y mental, rodearnos de relaciones que nos nutran, dejar espacio para el ocio y la distensión).
También quería aclarar aquí que no todos los alimentos tienen el mismo efecto en todas las personas. Hace poco leía un interesante libro llamado "La alimentación y los grupos sanguíneos" del Dr. Peter Dádamo. Este científico norteamericano probó al microscopio como distintos alimentos causan efectos diferentes según el grupo sanguíneo. Así por ejemplo las personas del grupo A son las más sensibles a los efectos negativos de los lácteos y el trigo candeal y producen enormes cantidades de mocos con su consumo. Os recomiendo su lectura, a mí me abrió muchas puertas.
Una vez más espero haber ayudado. Un saludo a todos.