lunes, 27 de febrero de 2012

Continuación de testimonio - Raquel Pozo.


Gracias a la vida.
(Continuación del testimonio de Raquel Pozo)


¡Voy a ser mamá!

A la fecha de hoy, casi entrando marzo de 2012, han pasado muchas cosas desde que escribí mi testimonio publicado en este blog. Tres años más de aprendizajes, de búsqueda, también de equivocaciones y de crecimiento.

Como esencia diré que lo más importante que he aprendido en este tiempo es a no querer librarme de mi enfermedad, a no enfocar toda mi vida para que se vaya, sino a darle su espacio, su sitio en mí y en mi corazón. En la medida en la que he podido hacerlo ella se ha ido retirando a un lugar cada vez más pequeño. En la medida en que he ido colocándome en mi sitio respecto a mis padres y a mi familia de origen, en mi sitio en mi familia de ahora que es mi marido Manuel, en mi sitio respecto a lo que yo en este momento puedo dar al mundo, en mi sitio respecto a las dificultades que corresponden a otros, me he ido aligerando y ella se ha ido retirando y cada vez necesita hablarme más bajito.

En un punto comprendí que lo importante no es la salud perfecta sino atreverse a vivir la vida con todo lo que somos en cada momento. La miastenia conmigo y yo con ella. Mi gran maestra. Ahora sabe que puede quedarse todo el tiempo que quiera, o lo que es lo mismo, todo el tiempo que yo necesite para seguir siendo guiada. Es bien recibida. Y también sabe que si en algún momento decide marcharse estaré dispuesta a soltarla del todo, que no es poco decir esto.

Como en todos los aprendizajes trascendentales de la vida no lo he hecho yo sola. Quería agradecer especialmente a las Constelaciones Familiares y al equipo de profesionales del "Aula Montera" en Sevilla por todo lo que me han ayudado en este tramo del camino. Es sin duda mucho más lo recibido de lo que hubiera imaginado nunca. Gracias con todo mi corazón.

Por supuesto mi querida macrobiótica sigue siendo compañera de viaje. Cada vez con más sabiduría respecto a mi cuerpo y mis procesos y a lo que supone un camino de largo recorrido juntas. Sin la apertura y el empuje que me dan la alimentación de seguro no habría contado con las fuerzas para seguir aprendiendo tanto.

Y ahora, en este momento, me siento afortunada por recibir el regalo más grande y más importante, un regalo de vida que hace apenas dos años no me atrevía a imaginar por no creerme ni merecedora ni capaz de ello: un hijo. Nuestro pequeñín se llama Gabriel y nacerá aproximadamente en un mes. Su padre y yo estamos esperando su llegada con ilusión y ternura. Le estamos guardando caricias y besos para cuando por fin podamos sentir su piel, ya dentro de muy poco... Soy muy feliz.

Una vez más la vida me ha dado mucho más de lo esperado. Y es que LA VIDA ES GRANDE, con capacidad para sostenerme, con sabiduría para guiarme, si me dejo fluir en ella... aunque a veces lo dude... Espero que ahora sea más fácil recordarlo, cuando mire a los ojos de nuestro hijo.

Gracias a ti también Manuel, por confiar en mí y en mi proceso, por acompañarme en cada elección que hago, por darme tanto espacio para crecer a mi manera, por darme la oportunidad de amar y ser amada. Y por hacerme el regalo más hermoso. Te quiero mucho.

Gracias a todos por estar ahí.
Mi camino con vosotros tiene más sentido.

/Raquel.

2 comentarios:

Gloria dijo...

Enhorabuena Raquel, me alegro que estés tan feliz y tan ilusionada con la llegada de ese hijo, te va a ir muy bien y espero que otras personas te tomen como ejemplo de paciencia y bien-hacer.
Gloria

Anónimo dijo...

Querida Raquel, muchas gracias por explicar tan bien qué es la aceptación de la enfermedad. Besos,

Fran