miércoles, 14 de mayo de 2008

¿Por qué es importante comer verduras verdes?

Las verduras de hoja verde tienen un alto contenido en clorofila. En el siguiente texto, del libro "Más energía y salud con los germinados" de Luisa Martín, Editorial Océano Ámbar, se explica el valioso poder de la clorofila de manera muy sencilla y clara. Lo transcribimos para todos los lectores:

"La clorofila, el colorante verde de las plantas, se encuentra en todas las células de la hoja, dentro de los llamados cloroplastos. Estos permiten que el dióxido de carbono, al entrar en contacto con la luz, transforme el aire, la tierra y el agua en almidón; durante este proceso la planta desprende oxígeno... es una reacción química maravillosa que se conoce con el nombre de fotosíntesis.

En esa transformación, compleja en extremo, se producen auténticos milagros. Las sustancias inorgánicas (dióxido de carbono y agua) se convierten en sustancias orgánicas (almidones). La energía solar se almacena, de tal manera que las sustancias incombustibles, anteriormente pobres en energía y nada aprovechables para el metabolismo, se transforman en productos combustibles, ricos en energía.

Con ello, la planta no sólo se constituye en parte importante de la alimentación por su alto valor energético, sino que también proporciona oxígeno a la atmósfera. Puede decirse que la clorofila es la "hemoglobina" de la vida vegetal. Se asemeja estructuralmente a la hemoglobina de la sangre, de la que se diferencia sólo por un átomo: magnesio en la hoja, hierro en la hemoglobina...

Tanto las hojas verdes como los germinados acumulan esta energía vital y tienen la capacidad de aumentar su intensidad y de transmitirla. Por ejemplo, el secreto de las aplicaciones terapéuticas de la col por vía externa reside en las radiaciones que ésta emite.

Por efecto de la clorofila, la respiración celular aumenta, el metabolismo celular se activa, mejoran las defensas, la resistencia y la capacidad regeneradora de la célula; el metabolismo funciona de manera más económica y los procesos naturales de curación se activan. Depura la sangre pues elimina residuos y toxinas del cuerpo; frena las infecciones y crea un entorno hostil a la proliferación de las bacterias, sin actuar directamente sobre el tejido; desinfecta y cura las heridas. La clorofila diluida baja la presión sanguínea y concentrada, la aumenta. Actúa contra la aterosclerosis, el aumento de colesterol y tiene virtudes antiespasmódicas. También aporta oxígeno a las células y favorece la respiración; permite un óptimo aprovechamiento de las albúminas, rebaja el gasto de insulina y mejora la actividad de las glándula tiroides. Equilibra la relación ácido-base en el organismo y contiene una cantidad asombrosa de vitaminas (especialmente A, C y H) y ácido fólico. Las semillas germinadas contiene un torrente de clorofila.
El doctor Hagiwara (científico japonés que investiga las propiedades curativas de las plantas) argumenta que la clorofila es absorbida directamente por la sangre a través del sistema linfático y que se integra a ella una vez que se encuentra en el torrente sanguíneo. Las verduras contienen clorofila en cantidad que varía según el número de hojas verdes que contengan y la intensidad del color de estas (a más verdes, más clorofila contienen).

La clorofila se utiliza como base para desintoxicar en profundidad el cuerpo y regenerar el sistema digestivo debilitado, es decir, aporta energía a la vez que limpia. "

Las semillas germinadas sintetizan clorofila al entrar en contacto con la luz, una vez crecido el brote después de unos días. Las que más clorofila sintetizan son el trigo y la alfalfa.

El consumo de plantas verdes es muy necesario en el caso de anemia o de requerir una limpieza intestinal; así mismo se recomienda en caso de falta de energía o astenia. Las enzimas, proteínas, vitaminas, minerales y la clorofila son algunos de los beneficios nutricionales que recibe nuestro organismo cuando incluimos verduras verdes y germinados en nuestra dieta."

Algunas verduras verde adecuadas para el consumo regular son: hojas de zanahoria, repollo chino, cebollín, escarola, diente de león, col, puerro, hojas de mostaza, perejil, hojas de nabo, hojas de berro, brócoli...

Es importante recordar aquí que aunque las espinacas y las acelgas tienen un alto contenido en clorofila, como su intenso color verde indica, no son aconsejables para su consumo regular debido a su alto contenido en ácido oxálico, que es muy difícil de eliminar y en grandes cantidades puede favorecer la formación de cálculos en los riñones. Este es el motivo de que estas verduras se desaconsejen totalmente para aquellas personas que estén en un proceso de recuperación de la salud con un tratamiento específico de macrobiótica.

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4 comentarios:

Anónimo dijo...

que bueno son las verduras

Anónimo dijo...

que buenos

Anónimo dijo...

olotlgkgff fjgjgji

Anónimo dijo...

A mi me encantan!