Este camino de mejora que aún estoy transitando no lo estoy haciendo sola. Por eso quiero dedicar unas palabras a todas aquellas personas que me están apoyando, pues sin su ayuda directa y a veces indirecta yo no habría sido capaz de llegar hasta aquí.
Gracias a mi madre, que me ha permitido descubrir el amor incondicional. Ella empezó conmigo el camino, a mi lado, haciendo la dura dieta curativa que tuve que practicar durante más de un año, ella adelgazó conmigo y fue mis ojos cuando yo no podía ver, mi intuición y mi esperanza cuando tuve dudas, y mis músculos cuando no me podía mover. Ella tuvo el coraje de buscar cuando nadie nos dio esperanzas, y siempre tuvo palabras de ánimo para mí. Su fe en mi mejoría hubiera movido montañas. En todo este proceso ella ha sido mi mejor psicóloga, mi mejor consejera y amiga. Ella cocinó para mi con tanto amor que no dudo que aquello fue lo que más me ayudó cuando mi cuerpo estaba tan débil. Recuerdo cuándo estábamos aprendiendo cómo pasaba el día entero en la cocina y la noche leyendo para saber más y poderlo hacer mejor. Mamá, creo que no puedo poner en palabras cuánto te quiero.
Gracias también a mi padre, que sin saberlo me ha dado tantas lecciones importantes en mi vida. Gracias por exponerte para que pueda ser una persona mejor, para que pueda crecer. Tu me ayudas cada día y también te quiero mucho.
Gracias a mis hermanos, mis cuñados, mi abuela, mis tíos y primos, que siempre han dejado un espacio abierto en la familia en el que no me he tenido que sentir diferente. Gracias por rezar tanto por mí. Gracias por todas las celebraciones macrobióticas que habéis organizado para mí, gracias porque sois la mejor familia que puedo imaginar y sin vuestro cariño mi vida tendría un hueco imposible de llenar. Gracias también a mi familia política, porque siempre han respetado mis decisiones, aunque quizás no habrían sido las suyas y me han dado su cariño en los momentos difíciles. Gracias a mi perro fiel Nico, que siempre está conmigo. Gracias a Elena, mi sobrinita de dos años, a Aitana por ser tan bonita, y un especial agradecimiento a mi sobrino Hugo, de siete meses, que es la alegría de mi vida, ellos me recuerdan cada día que todavía tengo que mejorar más para poder abordar la maravillosa tarea de ser madre.
Gracias a mi acupuntora Pilar Aycart Luengo, que como su nombre indica es un pilar en mi vida. Ella es mi psicóloga y amiga y con sus manos mágicas consigue mover los músculos que no se mueven, y aliviarme el alma cuando tengo miedo. Te has convertido sin saberlo en un referente en mi vida y tu sabiduría me anima cada día a seguir a delante por un camino que es nuevo para mí y que no conozco a otros que hayan recorrido antes. Tu me acompañas y me haces sentir afortunada con tu sabiduría y tu sonrisa. Gracias Pilar por crear una consulta donde el amor es el principal motor y no el dinero. Pilar ¡eres única!
Gracias a la medicina occidental, que me ha ofrecido las medicinas que me ayudan en esta etapa de mi vida. Sin ellas mis síntomas habrían sido mucho más duros de lo que son, y por supuesto gracias a todas los que trabajan para que las personas con problemas de salud tengamos una mejor calidad de vida. Gracias a mi médico neurólogo, Juan Luis Ruiz Peña, por ser una persona tan especial y cariñosa. Por entender y practicar que los enfermos somos personas antes que estadísticas, por escuchar y respetar que son dos cualidades tan importantes como escasas en la profesión médica. Gracias por todas las consultas que hemos tenido juntos, en las que las sonrisas y las palabras de ánimo nunca han faltado. Gracias por respetar y animarme a practicar otras terapias que siento que me ayudan y ofrecerme alternativas que puedan motivarme en mi día a día. Ni te imaginas lo contenta que estoy de haberte encontrado, porque hay algo que cura más que todas las medicinas del mundo, y es el amor y la confianza que nos da nuestro médico. Contigo sé que estoy en buenas manos.
Gracias a mi médico psiquiatra, Jose Luis Hijazo, que es una persona tan humana y cariñosa, que sabe escuchar a sus pacientes. Siento una especial admiración por personas como esta que trabajan dando su energía a personas tristes, con depresión y otros problemas que son también del alma.
Gracias a mis amigos que están siempre abiertos a escucharme y darme ánimos. Gracias por venir a casa y participar de las reuniones macrobióticas que organizo con tanto cariño. Ellos han sabido entender mis largos periodos de ausencia y sentir alegría cuando puedo dedicarles mi tiempo. Sois el tesoro de mi vida.
Un agradecimiento especial a mi profesora de baile María Antonia que con sus clases llenas de alegría me ha dado tantas fuerzas cuando más las necesitaba, y con su profesionalidad ha sabido ir haciendo de mis músculos algo mucho mejor de lo que fueron. Los ratitos contigo son una gozada ¡te aprecio mucho y también a José Luis!.
A Fátima, mi profesora de meditación, que me ha enseñado cómo es una mujer auténtica y preciosa. Por ser un ser tan especial que dedica su tiempo de una forma tan amorosa a ayudar a otros. Gracias de corazón.
Gracias a mi cuerpo, mi cuerpecito, que está sacando lo mejor de si mismo para seguir adelante. Soy una mujer pequeña y de aspecto frágil, actualmente peso 40kg, y me sorprendo de la sabiduría que hay en este cuerpo, que por un tiempo me pareció el de una anciana. Poco a poco ha ido transformándose, con toda la ayuda que yo puedo ofrecerle para renacer y renovarse desde unas malas condiciones. Gracias a todas mis células y mis órganos, que trabajan cada día en armonía, creando el mejor ambiente de salud que es posible. Yo le doy todo el tiempo del mundo, sin prisas, guardo la esperanza de que estaré mejor cada día, cada año, y esa esperanza es la luz de mi vida.
Mi agradecimiento a la MACROBIÓTICA es tan grande, que no encuentro palabras para describirlo. Gracias a ella mi comprensión de la VIDA y la SALUD ha tomado una magnitud antes insospechada. La visión de que todo está conectado, nuestra vida, nuestros pensamientos, nuestras circunstancias, nuestra comida, nuestro físico, y de que tenemos la capacidad de cambiar las cosas, de que podemos hacer mucho por nuestra salud, es la clave que me ha permitido salir del rol de víctima que tanto daño me habría hecho. Quiero hacer un agradecimiento especial a todas las personas que están dedicando su vida a transmitir estas importantes enseñanzas, y que de alguna manera ayudan a otros a despertar y a crecer. Mi especial mención a Francisco Varatojo, director del "Instituto Macrobiótico de Portugal", a Rosa y María de "Escuela de Vida" en Madrid, a Patricia Restrepo, directora del "Instituto Macrobiótico de España", a Rosa Tugores, directora del centro "Llamaviva, escuela de alimentación natural" en Palma de Mallorca y a Bill y Marlene Tara, consultor y profesores del Centro Macrobiótico de Bostom. Gracias a ellos, a todos sus equipos y a todos los profesores que trabajan en sus centros, pues sin ellos nuestra formación no habría sido posible. Gracias también a todos los amigos que practican la macrobiótica que he conocido en estos años. Gracias a ellos nunca me he sentido sola en mi camino de aprendizaje y son personas tan especiales que las llevo siempre conmigo ¡Sois muy guapooooos, os quiero mucho!
Por último un enorme GRACIAS a mi marido Manuel, pues está siempre en el centro de todas mis ilusiones del presente y el futuro. Gracias por sembrar cada día la semilla de la familia que siempre he querido tener, por cultivar con tanto mimo y paciencia nuestra relación. Su enorme capacidad de adaptación a todas las circunstancias y su autosuficiencia para sentirse feliz me asombran y me han dado fuerzas infinitas en los momentos difíciles. Gracias Manuel por adaptarte a mí para que pueda estar mejor, por buscarte un trabajo en Sevilla y organizar tu vida para poder darme todo tu apoyo. Contigo al lado el camino es más fácil, gracias por apostar por mí cuando los tiempos han sido complicados y sé que muchos otros habrían salido corriendo. Un gracias inconmensurable por decir "Sí quiero" a mí y a todas mis difíciles circunstancias. Has sido muy valiente, y yo he tenido la mejor prueba de amor que pudiera imaginar.
Tu haces que mi vida sea maravillosa. Gracias por ser mi AMOR.
Y a todos vosotros por dejarme compartir mi experiencia...
Un beso cariñoso.
/Raquel.
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