lunes, 25 de agosto de 2008

Pescado y marisco

La cocina macrobiótica utiliza pescados y mariscos como suplemento ocasional a los cereales, sopas, verduras, legumbres y algas. La cantidad varía según la salud y las necesidades personales y pueden llegar a consumirse varias veces por semana. Las variedades recomendadas son las que contienen menos grasas saturadas y colesterol, siendo de mejor digestión.

También se tiene en cuenta que el alimento sea pescado de mar o río, criado de forma natural. Evitamos todos los animales criados en piscifactorías debido a que son alimentados artificialmente y con grandes cantidades de medicamentos y antibióticos que alteran la calidad de lo que nos llevamos a la boca. Por ejemplo, el salmón de piscifactoría toma su color rosado a través de colorantes artificiales que se añaden a los piensos del pescado, pues en la naturaleza los salmones lo consiguen comiendo pequeñas gambas y camarones que resultarían muy caros en la crianza artificial y encarecerían mucho el producto final.

Cada tipo de pescado aporta una energía particular, propia de su raza y sus características. Por ejemplo, el salmón salvaje, tiene la capacidad de nadar contracorriente rió arriba para desovar. Esta fuerza direccional, tan fuerte, capaz de vencer todos los obstáculos, podría ser beneficiosa si queremos conseguir un objetivo difícil, claro que esta energía tan valiosa no nos la puede proporcionar ningún salmón de piscifactoría.

A continuación referimos un listado de pescados que son adecuados para un uso frecuente, y otros, que por su energía más extrema y por su mayor nivel de grasa deben consumirse más moderadamente:

PESCADOS Y MARISCOS

Merluza
Bacaladitos
Pijota
Acedías
Perca
Gallo
Dorada
Lubina
Breca
Lenguado
Carpa
Rodaballo
Bacalao
Trucha
Arenque
Abadejo
Eperlano
Pejerrey
Chipirón
Calamar
mejillones

MARISCOS (En ocasión)

Almejas
Cangrejo
Langosta
Pulpo
Ostra
Camarón
Gambas
Langostinos


PESCADOS (uso poco frecuente)

Salmón
Sardina
Atún
Otros de piel azul y carne roja



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