Aunque parezca increíble, en nuestra sociedad de sobreconsumo, hay muchas personas que desean engordar y no pueden. El hecho de no engordar puede responder a muchos factores, por ejemplo no se realiza una asimilación correcta de los nutrientes en el intestino delgado o el metabolismo está muy acelerado. No podemos contestar aquí abarcando todas las patologías que existen pero podemos dar una idea general del funcionamiento normal del cuerpo para comprender qué puede estar pasando.
Cito aquí un extracto del libro de José María Villagrasa "Dioses en el desempleo", que responde muy bien esta cuestión.
"En lo que respecta a la salud, existen dos variables muy diferenciadas: la primera, la cantidad y calidad de la alimentación ingerida por el individuo y, la segunda, la capacidad de asimilación y eliminación de la misma.
Cantidad y calidad de la alimentación
El ser humano necesita nutrirse de alimentos que contengan todos los nutrientes, elementos necesarios que forman parte de un alimento para mantener una doble función en el organismo. Por un lado, producir la suficiente energía para que el individuo pueda desarrollar una actividad normal y por el otro, atender a la reconstrucción celular y al crecimiento.
¿Qué sucede cuando se ingieren muchos más nutrientes de los necesarios?
En general, estos nutrientes son difícilmente absorvidos en el proceso digestivo, en que se producen multitud de alteraciones, las más importantes de las cuales afectan al hígado. Las funciones de este órgano están directamente relacionadas con el crecimiento del organismo, en primer lugar, y en segundo lugar, con la eliminación de los nutrientes residuales. Podemos repasar de forma sucinta estas funciones:
Primera: Producción de energía. Con parte de las proteínas (sobre todo sus aminoácidos) y las grasas, el hígado fabrica glucosa (que se convierte en energía). Si existe una ingestión excesiva de estos nutrientes se produce un profundo desequilibrio en su distribución por todo el cuerpo.
Segunda: Almacenamiento de energía. Como hemos apuntado anteriormente, el hígado, a partir de las grasas y proteínas, produce glucosa en forma de glucógeno y lo almacena. Además transforma en grasa los hidratos de carbono ingeridos que son almacenados en diversos depósitos distribuidos por todo el cuerpo.
Tercera: Metabolismo de los aminoácidos de las proteínas. El hígado, puede tanto desintegrarlos como sintetizarlos. En realidad, su función no es más que la de organizar los aminoácidos de las proteínas animales y vegetales ingeridos en cadenas de aminoácidos humanos (en el orden en el que estos aminoácidos se encuentran en la célula humana). Quizás esta sea su misión más importante, ya que de ella depende el crecimiento.
Cuarta: Eliminación de las toxinas. Tanto las producidas a través de la alimentación como las ajenas a ella (respiración, proceso psíquico) son hidrolizadas en el hígado para ser eliminadas a través de los riñones. En este aspecto, el hígado sintetiza también la urea, elemento de desecho digestivo, que es asimismo eliminada a través de los riñones.
Así pues, desde un punto de vista somático, una nutrición excesiva va a ocasionar gravísimos problemas orgánicos, porque obligará al hígado a consumir una cantidad extra de energía en los procesos de la digestión, la cual debería ser invertida en otros menesteres del desarrollo del hombre (factores psicológicos, espirituales).
Los nutrientes excesivos, acumulados y no bien asimilados, acostumbran a no eliminarse correctamente y pueden ser transportados por la sangre e implantarse en las células de maneras muy comprimidas, lo que en naturismo se llama "calcificación". Cuando esto sucede, la acumulación exige al organismo la ingestión de grandes cantidades de agua, porque tanto el exceso de grasas como el de hidratos de carbono producen calor, que deberá ser refrigerado de forma inmediata. No es más que la aplicación de Yin-Yang. Una acumulación Yin produce calor Yang, el cual reclama agua Yin. El agua actúa como reactivo y es la responsable de la dilatación celular y de la acumulación de líquidos en diversas partes del cuerpo. De esta forma aparece la obesidad que puede encontrarse en todo el cuerpo o en partes del mismo. De ello también dependen síntomas extraños como la celulitis, las estrías y otras muchas deformaciones corporales. "
Aconsejamos pues a todas las personas que deseen engordar que revisen sus hábitos alimenticios. La clave puede ser tan simple como reducir la cantidad de alimentos ingeridos y revisar que la alimentación sea equilibrada, esto es que las proporciones entre cereales, proteínas (pescado, carne o legumbres y sus derivados), verduras y frutas sea correcta. Por supuesto recordar que el ejercicio físico moderado y habitual es fundamental para la adecuada absorción de nutrientes y el funcionamiento óptimo del cuerpo.
Cito aquí un extracto del libro de José María Villagrasa "Dioses en el desempleo", que responde muy bien esta cuestión.
"En lo que respecta a la salud, existen dos variables muy diferenciadas: la primera, la cantidad y calidad de la alimentación ingerida por el individuo y, la segunda, la capacidad de asimilación y eliminación de la misma.
Cantidad y calidad de la alimentación
El ser humano necesita nutrirse de alimentos que contengan todos los nutrientes, elementos necesarios que forman parte de un alimento para mantener una doble función en el organismo. Por un lado, producir la suficiente energía para que el individuo pueda desarrollar una actividad normal y por el otro, atender a la reconstrucción celular y al crecimiento.
¿Qué sucede cuando se ingieren muchos más nutrientes de los necesarios?
En general, estos nutrientes son difícilmente absorvidos en el proceso digestivo, en que se producen multitud de alteraciones, las más importantes de las cuales afectan al hígado. Las funciones de este órgano están directamente relacionadas con el crecimiento del organismo, en primer lugar, y en segundo lugar, con la eliminación de los nutrientes residuales. Podemos repasar de forma sucinta estas funciones:
Primera: Producción de energía. Con parte de las proteínas (sobre todo sus aminoácidos) y las grasas, el hígado fabrica glucosa (que se convierte en energía). Si existe una ingestión excesiva de estos nutrientes se produce un profundo desequilibrio en su distribución por todo el cuerpo.
Segunda: Almacenamiento de energía. Como hemos apuntado anteriormente, el hígado, a partir de las grasas y proteínas, produce glucosa en forma de glucógeno y lo almacena. Además transforma en grasa los hidratos de carbono ingeridos que son almacenados en diversos depósitos distribuidos por todo el cuerpo.
Tercera: Metabolismo de los aminoácidos de las proteínas. El hígado, puede tanto desintegrarlos como sintetizarlos. En realidad, su función no es más que la de organizar los aminoácidos de las proteínas animales y vegetales ingeridos en cadenas de aminoácidos humanos (en el orden en el que estos aminoácidos se encuentran en la célula humana). Quizás esta sea su misión más importante, ya que de ella depende el crecimiento.
Cuarta: Eliminación de las toxinas. Tanto las producidas a través de la alimentación como las ajenas a ella (respiración, proceso psíquico) son hidrolizadas en el hígado para ser eliminadas a través de los riñones. En este aspecto, el hígado sintetiza también la urea, elemento de desecho digestivo, que es asimismo eliminada a través de los riñones.
Así pues, desde un punto de vista somático, una nutrición excesiva va a ocasionar gravísimos problemas orgánicos, porque obligará al hígado a consumir una cantidad extra de energía en los procesos de la digestión, la cual debería ser invertida en otros menesteres del desarrollo del hombre (factores psicológicos, espirituales).
Los nutrientes excesivos, acumulados y no bien asimilados, acostumbran a no eliminarse correctamente y pueden ser transportados por la sangre e implantarse en las células de maneras muy comprimidas, lo que en naturismo se llama "calcificación". Cuando esto sucede, la acumulación exige al organismo la ingestión de grandes cantidades de agua, porque tanto el exceso de grasas como el de hidratos de carbono producen calor, que deberá ser refrigerado de forma inmediata. No es más que la aplicación de Yin-Yang. Una acumulación Yin produce calor Yang, el cual reclama agua Yin. El agua actúa como reactivo y es la responsable de la dilatación celular y de la acumulación de líquidos en diversas partes del cuerpo. De esta forma aparece la obesidad que puede encontrarse en todo el cuerpo o en partes del mismo. De ello también dependen síntomas extraños como la celulitis, las estrías y otras muchas deformaciones corporales. "
Aconsejamos pues a todas las personas que deseen engordar que revisen sus hábitos alimenticios. La clave puede ser tan simple como reducir la cantidad de alimentos ingeridos y revisar que la alimentación sea equilibrada, esto es que las proporciones entre cereales, proteínas (pescado, carne o legumbres y sus derivados), verduras y frutas sea correcta. Por supuesto recordar que el ejercicio físico moderado y habitual es fundamental para la adecuada absorción de nutrientes y el funcionamiento óptimo del cuerpo.
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